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lunes, 19 de septiembre de 2011

Breve introducción al tejido cartilaginoso.


Hemos analizado en otras entradas varios tipos de tejidos conectivos: el tejido óseo, el tejido conjuntivo y la sangre. Ahora es el turno de una breve introducción al tejido cartilaginoso.

El tejido cartilaginoso es un tejido conectivo en el que la matriz extracelular se encuentra endurecida, presentado una consistencia totalmente sólida.

Constituye un tejido de sostén, capaz de sustituir a tejidos más duros (como el óseo) en zonas del cuerpo donde no se requiere la dureza extrema de este último y sin embargo puede ser conveniente una cierta flexibilidad. Por ejemplo, el pabellón auditivo o en la punta de la nariz, así como formando una estructura de protección ósea en las articulaciones (evita que los huesos de una articulación rocen entre si).

El principal tipo celular del tejido cartilaginoso es el condrocito; su función es fabricar y mantener la matriz extracelular. Se encuentra metido dentro de unos huecos que deja esta matriz, denominados lagunas (en cada laguna suele haber entre uno y tres condrocitos).
Esquema de cartílago.
Lon condrocitos son células activas que deben fabricar multitud de proteínas para el mantenimiento de la matriz, rica en colágeno.
Tejido cartilaginoso.
El tejido cartilaginoso carece de vasos sanguíneos y nervios. Se nutre por difusión a partir de una zona de tejido conjuntivo que rodea al cartílago (y que también le aporta sensibilidad, pues este tejido conjuntivo está muy inervado) denominado pericondrio.
Tejido cartilaginoso rodeado por pericondrio.
Los huesos, durante el desarrollo embrionario, están constituidos por cartílago. Durante el proceso de crecimiento, ese cartílago va siendo sustituido por tejido óseo (no se trata de una transformación, sino de una sustitución). Al proceso de sustitución de tejido cartilaginoso por tejido óseo se le denomina osificación endocondral.
Osificación endocondral.

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