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sábado, 11 de enero de 2014

Cormófitos: características y desarrollo.

El término Cormófito alude a un grupo de plantas que poseen raíces, tallos y hojas.

Los cormófitos son los vegetales que han conquistado la tierra. El paso agua tierra es complejo, difícil. Muchas plantas viven aún en el agua.

Existen una serie de problemas de adaptación a la tierra. Por una parte el agua es un medio homogéneo, no hay cambios bruscos de temperatura.

El agua es el medio en si mismo, por lo que las plantas no se desecan como lo harán al conquistar la tierra firme. Por ello deben evitar pérdidas de agua.
Debe existir un sistema que les permita mantenerse erguidas, ya que las plantas entrarán en competencia por la luz solar. Para buscar captar radiaciones solares deben, por lo tanto, crecer en altura. Y además deben evitar que los rayos ultravioleta las deterioren.

Frente a la desecación, los cormófitos presentan una epidermis especial. Veamos un ejemplo de corte de transversal de una hoja de cormófito:

Corte de hoja de cormófito.
La epidermis está formada por una o varias capas de células, normalmente carentes de platos. Tienen en su superficie externa un recubrimiento, denominado cutícula, compuesto por sustancias insolubles en agua, como cutina y suberina; su función es hacer impermeable la epidermis. Ni gases ni agua son capaces de traspasar estas cutículas (lógicamente ni en una dirección ni en otra). Con esto se impide que el agua del interior se pierda. Pero se requerirán estomas, que permitan la entrada y salida de gases (sin ellos la planta moriría por no poder intercambiar estos gases y agua con el exterior). Los estomas se abren y cierran dependiendo de las condiciones externas. Además las plantas de climas más secos poseen un engrosamiento de la cutícula aún mayor.

Epidermis de hoja con un estoma.
En cuanto al hecho de mantenerse erguidas, los cormófitos han adquirido unos tejidos llamados tejidos de sostén. Existen tres categorías:
  • Esclerénquima.
  • Colénquima.
  • Xilema.

Todos ellos se encuentran, fundamentalmente, en tallos y raíces, siendo su aparición en hojas más reducida.

El esclerénquima es un tejido formado por células muertas llamadas fibras. Sus paredes celulares están engrosadas con lignina (constituyen la parte fundamental de la madera).

El colénquima está formado por células vivas. El engrosamiento de las paredes se debe a acumulación en las mismas de celulosa; la celulosa no es un tejido impermeable (al contrario que la lignina), lo que permite a la célula seguir viva.

El xilema es el tejido conductor de agua y sales minerales cuyas paredes están engrosadas con lignina, constituyendo por lo tanto un tejido muerto. La otra parte del tejido conductor es el floema, que no constituye un sistema efectivo de sostén y que está formado por células vivas (el floema transporta la savia elaborada, mientras que el xilema transporta la savia bruta).

Frente a los rayos ultravioleta las plantas han logrado protegerse gracias a una elevada producción de ácidos fenólicos que rechazan esta radiación ultravioleta (estos ácidos fenólico son exclusivos de cormófitos, no apareciendo en talófitos).

En los cormófitos encontramos dos estructuras denominadas teloma y mesoma. El teloma es el segmento Terminal único de un eje ramificado. El mesoma son las porciones que quedan en las partes inferiores según el eje se va ramificando.

Existen cinco procesos básicos en cormófitos para la formación de flores y hojas (a partir de un hipotético talófito primitivo); es la teoría talomática de Zimmermann:
  • Culminación: los cormófitos más primitivos presentan ramificación dicótoma (las ramificaciones crecen en la misma magnitud). Según la culminación, una de las ramas que se forma tendrá más potencia, crecerá más que la otra. Por lo tanto una de las ramificaciones será principal.
  • Planación: también llamada aplastamiento. Las ramificaciones dicótomas de los cormófitos más primitivos estaban en varios planos de simetría. Por este proceso se aplastan, quedando todas en el mismo plano de simetría.
  • Reducción: los ejes ramificados se reducen a un solo eje, ya que de los meristemos que originaba las dos ramas laterales uno de ellos desaparece.
  • Concrescencia: hay dos tipos, dependiendo de si se da en uno o varios planos. Por crecimiento lateral de los ejes se forman una serie de tejidos. Se forma una especie de lámina si están en un plano o de cilindro si hay varios planos.
  • Incurvación: los ejes se tuercen, giran y cuelgan por crecimientos diferenciales de dos zonas opuestas (crece más por una parte que por otra, crece más por la mitad de arriba que por la de abajo).

Estos procesos no sucedieron uno tras otros. Pueden darse sueltos, puede no darse alguno de ellos, etc.

Existen otra serie de estructuras características. Por ejemplo las hojas. Podemos encontrarnos con los siguientes tipos de vegetales en función de las hojas:
  • Microfilos: hojas generalmente pequeñas, con un solo nervio central (que es el conjunto de vasos leñosos y tejidos leñosos).
  • Macrofilos: tienen hojas con muchas nervaduras extendidas sobre la lámina.

En algunas hojas (como en los helechos) aparecen unos esporangios en su cara inferior denominados soros.
Soros.
La teoría talomática de Zimermann es la más seguida, pero no es la única. Otra teoría desarrollada es la teoría de la enación de Coger, en 1908. Propone un origen para Micrófilos y Macrofilos.

Los micrófilos se originarían a partir de estructuras primitivas de las cuales, por enación, es decir, por expansión lateral de tejidos no conductores que formarían unos apéndices alargados; una vez formados, podrían penetrar en ellos haces vasculares.

Formación de micrófilos.

Según esta teoría la formación de macrofilos sería un proceso posterior a la formación de micrófilos. Se trataría de ramificaciones que continúan ramificándose hasta formar una hoja.

Formación de marófilos por ramificación de micrófilos.
Esta teoría, hoy en día, no se considera como buena, ya que para que debe aparecer un apéndice en primer término cuya nutrición no se explica en absoluto (es decir, no explica cómo le llega la savia elaborada al apéndice hasta que se forme el sistema vascular).

Otra teoría importante es la Teoría Estélica de Van Tieghen (1886) y sus posteriores modificaciones. Trata de la formación de tallos. Los tallos tienen como función permitir que el vegetal permanezca erguido, para que esta pueda crecer en longitud; debe tener sistemas que permitan al mismo ser duros, aportando cierta resistencia y flexibilidad (sin la flexibilidad, el viento podría romperlo). Deben tener este equilibrio entre resistencia y flexibilidad bien establecido.

Distribución de haces vasculares en tallos

Los tallos primitivos eran muy rígidos porque tenían, en una zona central, los tejidos lignificados. Pero no resultaban flexibles, por lo que los vientos fuertes los romperían. Esto se manifiesta más si se trata de árboles (al menos más que en las plantas de pocos centímetros).

Miristelas en formación de dictiostelas.
La flexibilidad se obtiene rompiendo esa masa rígida central en varios tubos y mandando varios tubos lignificados a la periferia.

La teoría estélica intenta de este modo desarrollar los procesos por los que las antiguas plantas pasaron de ser rígidos a ser flexibles.


Define estela como la unidad morfológica y funcional que se deriva de la columna de traquidas de posición central que aparecen en los antiguos cormófitos tipo Rhina.

Sifonostela anfiflóica.

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