La reproducción es el proceso de formación de nuevos
individuos de una especie, con el consiguiente traspaso de parte de la información
genética.
El aparato reproductor posee un claro dimorfismo sexual,
como es lógico en una especie dióica como la humana.
Venus de Botticelli |
En el aparato reproductor, tanto masculino como femenino,
podemos encontrar o diferenciar dos grandes partes. Por una parte, la encargada
de fabricar células reproductoras, es decir, gametos y que se denominan
gónadas. En los hombres las gónadas son los testículos y en las mujeres los
ovarios. Además, se encargan de fabricar hormonas sexuales. Y por otra, habrá
estructuras y células accesorias que colaboran en la el proceso reproductivo,
de una u otra forma.
Aparato reproductor masculino.
Dentro del órgano reproductor podemos encontrar las gónadas,
encargadas de fabricar las células reproductoras. Y las estructuras accesorias,
compuestas por el sistema de conducción, las glándulas de secreción y el
aparato de sostén.
Los testículos son dos glándulas ovaladas, de unos 5
centímetros de longitud y alrededor de 2,5 centímetros de diámetro. Se
encuentran en una evaginación del abdomen, formada por un saco de piel
denominado escroto. Están recubiertos de una membrana denominada túnica
vaginal. Internamente, existe una cápsula fibrosa denominada túnica albugínea,
que se proyecta al interior dividiendo el testículo en compartimentos
denominados lóbulos.
Cada testículo posee entre 200 y 300 lóbulos y dentro de
cada lóbulo, entre dos y tres túbulos seminíferos. Es en el interior de estos
tubos donde se fabrican los espermatozoides. Los túbulos seminíferos confluyen
en una estructura denominada red de Haller.
Los espermatozoides salen de los túbulos seminíferos a
través de unos conductos denominados conductos eferentes. Los conductos
eferentes confluyen en el epidídimo, una estructura con forma de parétesis
situado en la parte posterior del testículo.
Del epidídimo sale el conducto deferente o conducto seminal.
Conduce a los espermatozoides desde el epidídimo y atraviesa la próstata. Antes
de llegar a la próstata, el conducto pasa a llamarse conducto eyaculador, tras
fusionarse con el conducto procedente de la vesícula seminal. Los conductos
eyaculadores desembocan en la uretra.
La uretra es un tubo de unos 20 centímetros y se divide en
la uretra prostática, que mide unos 2 ó 3 centímetros, que atraviesa la
próstata, la uretra membranosa, de alrededor de 1 centímetro de longitud y que
atraviesa el diafragma urogenital y la uretra esponjosa, que mide unos 15
centímetros y atraviesa el pene. Desemboca al exterior por el orificio uretral
externo.
Como hemos visto, a lo largo de todo el tubo vamos
encontrándonos una serie de glándulas denominadas glándulas accesorias. La
primera que encontramos es la vesícula seminal, con forma de saco de unos 5
centímetros y que se encarga de segregar un líquido rico en fructosa, que
alimenta a los espermatozoides. Constituye alrededor del 60% del semen. Después
encontramos la próstata, con forma de rosquilla y el tamaño aproximado de una
castaña, encargada de segregar ácido cítrico y fosfatasa ácida. Y por último,
las glándulas bulbouretrales o de Cowper, que segrega un líquido para
neutralizar el medio ácido de la uretra.
El semen segregado tendrá un volumen de entre 2,5 y 5
mililitros, con entre 50 y 150 millones de espermatozoides en cada mililitro.
Para introducir los espermatozoides en la vagina, la
estructura de sostén se denomina pene. Tiene forma de cilindro y se divide en
raíz, la parte más cercana al abdomen, cuerpo, la zona central y glande, la
parte delantera.
El cuerpo está constituido por tres estructuras con forma de
saco. Dos de ellas forman los denominados cuerpos cavernosos. El tercero, el cuerpo esponjoso, por el
que discurre la uretra. Los tres sacos están surcados por vasos sanguíneos y en
el momento en que el organismo considera que va a tener lugar algún tipo de
contacto sexual, las arterias se dilatan, pasa mayor cantidad de sangre y a la
vez se frena la salida venosa. De esta forma la sangre inunda los sacos,
aumentando el volumen de la zona. Es el denominado proceso de erección.
Aparato reproductor masculino |
Hormonas sexuales masculinas.
El hipotálamo segrega GnRH. Esta hormona promueve la
liberación, en la hipófisis, de FSH y LH. La FSH estimula la espermatogénesis.
La LH promueve que el testículo segregue testosterona. Cuando la
espermatogénesis es alta, el testículo segrega otra hormona diferente, la
inhibina, que actúa sobre la hipófisis de FSH y LH inhibiéndola, frenándola,
así como frenando la secreción de GnRH del hipotálamo. Es decir, supone una
retroalimentación negativa o retroinhibición. Si la concentración de
testosterona se eleva en exceso también se inhibe la secreción de GnRH en el
hipotálamo y de LH en la hipófisis.
La testosterona en si misma no es una hormona muy activa.
Cuando llega a los tejidos donde debe actuar se transforma en
Dihidrotestosterona (DHT) por la acción de un enzima, la 5α-Reductasa.
La DHT y la Testosterona participan en el desarrollo del
patrón corporal masculino, desde la morfología de los genitales externos hasta
ciertas modificaciones en el sistema nervioso central. Durante la pubertad,
estimula el desarrollo muscular, el patrón de crecimiento del vello (desarrollo
andrógino del vello púbico, aumento de la cantidad de vello axilar, facial y
torácico, etc.). Sobre las glándulas sebáceas de la piel, estimula la secreción
de grasa. Además, actúa como estimulador de la síntesis protéica. También sobre
la conducta, comportamientos sexuales, etc.
Aparato reproductor femenino.
Las gónadas femeninas son los ovarios. Producen los gametos
femeninos, que son los óvulos. Estos óvulos son generados en forma de ovocitos
secundarios, que no se transformarán en óvulos maduros hasta después de la
fecundación. Además, el ovario fabrica hormonas, fundamentalmente progesterona,
estrógenos, relaxina e inhibina. Las estructuras accesorias son las trompas de
Falopio, el útero, la vagina y los genitales externos, también denominados
vulva. En algunos libros se consideran a los senos como órganos sexuales
femeninos.Los ovarios son dos glándulas ovaladas, del tamaño
aproximado de una almendra, situados en la cavidad pélvica, a ambos lados del
útero. El ovario está recubierto por una túnica denominada túnica albugínea.
Por debajo encontramos el epitelio germinal. Todo ello rodea al estroma. En el
estroma se desarrollan los folículos ováricos y de ellos salen los oocitos (es
decir, los óvulos).
Cuando del ovario sale un óvulo, este pasa a un conducto
denominado trompa de Falopio. Se trata de un tubo de unos diez centímetros de
longitud que conduce al óvulo hasta el útero. A la zona de la trompa que
contacta con el ovario se denomina infundíbulo. Posee forma de embudo, con unas
prolongaciones en forma de dedos denominadas fímbrias. En la trompa hay una
zona ligeramente ensanchada denominada ampolla. La ampolla es el lugar donde,
teóricamente, debería producirse la fecundación. El conducto se estrecha en la
zona del conducto que contacta con el útero. A esa zona de contacto se le
denomina istmo.
El útero o matriz es una estructura con forma de saco donde
se producirá el desarrollo embrionario y crecerá el nuevo individuo. Antes del
primer embarazo mide alrededor del 7,5cm de longitud y 5cm de anchura. Este
saco puede dividirse en tres partes. La superior, de forma ensanchada, se
denomina fondo. La parte central, que se va estrechando, se llama cuerpo. Y la
inferior, estrecha y que comunica con la vagina, se denomina cuello. Al
conducto que comunica al útero con la vagina se le llama conducto cervical o
cérvix.
La pared del útero está constituido por tres capas
diferentes. La más externa, que está en contacto con las vísceras, es una capa
visceral, membranosa, denominada perimetrio. Por debajo se encuentra una capa
muscular, responsable de las contracciones durante el parto y denominada
miometrio. Y la capa más interna se denomina endometrio. El endometrio posee, a
su vez, dos partes. La que se encuentra en contacto con el miometrio se
denomina estrato basal. La que supone la pared interna del útero se denomina
estrato funcional. El estrato funcional es el encargado de proteger al embrión
en las primearas etapas del embarazo, tras la fecundación. Por eso debe estar
en perfecto estado. Para lograrlo se recambia cada 28 días, estando en perfecto
estado los días de máxima fertilidad.
Aparato reproductor femenino (frontal) |
La vagina es el conducto que comunica el útero con el
exterior. A través de ella sale el flujo menstrual, el bebé durante el parto y
por el mismo deberán penetrar los espermatozoides. Generalmente por la vagina
penetrará el pene del varón y dejará los espermatozoides en zonas cercanas al
conducto cervical.
Se trata de un tubo membranoso muscular situado entre la
vejiga urinaria y el recto. Se comunica con el exterior por el orificio
vaginal. Este orificio puede estar recubierto por una membrana denominada himen.
En la zona de la salida de la vagina al exterior se
encuentran los genitales externos femeninos o vulva. Entre sus componentes
encontramos el monte de Venus, una elevación de tejido adiposo recubierto de
piel y vello, cuya función es amortiguar la sínfisis púbica durante el acto
sexual. Por otro están los labios mayores, dos pliegues externos cubiertos de
vello y que se extienden de arriba abajo, desde el monte de Venus. Por debajo
encontramos los labios menores, dos pliegues pequeños y carentes de vello que
protegen la entrada de la vagina. El clítoris es una pequeña masa cilíndrica de
tejido eréctil y nervios sensitivos situado en la unión de los labios menores.
Y a la hendidura existente entre los labios menores se le denomina vestíbulo.
Aparato reproductor femenino (transversal) |
El ciclo reproductor femenino.
Durante los años fértiles de la vida de la mujer, su aparato
reproductor sufre una serie de cambios cíclicos que afectan fundamentalmente al
útero y los ovarios, constituyendo el ciclo uterino o ciclo menstrual y el
ciclo ovárico. Ambos constituyen el conocido como ciclo reproductor. Todo el
ciclo se encuentra regulado por las hormonas sexuales.
Comencemos el ciclo después de la menstruación. Durante la
menstruación se expulsa el óvulo fabricado durante el ciclo y se elimina el
estrato funcional del endometrio. Tras ser eliminado el óvulo, comienzan a
desarrollarse los nuevos folículos ováricos. Aunque comienzan a desarrollarse
unos veinte, normalmente solo uno completará su desarrollo. El desarrollo se acelera,
sobre todo, a partir del sexto día. Los folículos, en respuesta a la llegada de
FSH y LH se desarrollan y fabrican estrógenos, fundamentalmente estrol y
β-estradiol. Los estrógenos, a baja concentración, provocan inhibición de la
FSH y LH. Al bajar la FSH provoca que solo se desarrolle uno de los folículos y
los demás cesen en su desarrollo. Este folículo madurará, transformándose en un
folículo de Graaf. Poco a poco, se va elevando la cantidad de LH segregada, lo
que hace que sea aproxime la ovulación. El folículo de Graaf sigue fabricando
estrógenos, que promueven el desarrollo del endometrio. Los niveles altos de
estrógenos estimulan la secreción de GnRH por el hipotálamo y además estimula
la secreción de LH. Por lo tanto, aumenta tanto la LH como la FSH, pero la LH
en mayor nivel. El folículo de Graaf se desarrolla hasta un punto en el que los
niveles de LH son tan altos que se desencadena la ovulación. El óvulo abandona
al folículo y pasa a la trompa de Falopio. En ese momento los estrógenos sufren
una caída, ya que el folículo deja de fabricarlos. El folículo vacío comienza a
degenerar y se transformará en el cuerpo amarillo, gracias a la acción de la
LH. El cuerpo amarillo segrega estrógenos y progesterona. En estos mementos
estamos en el día 14 del ciclo. La progesterona estimula a que la pared del
útero crezca y se prepare para albergar al embrión en caso de fecundación.
Ahora tenemos dos opciones, que haya fecundación o que no
haya fecundación. Si no hay fecundación, se produce una elevación pareja de
estrógenos y progesterona, segregadas por el cuerpo amarillo. Ambas hormonas,
actuando de forma pareja, inhiben la secreción de LH y GnRH. El cuerpo amarillo
se transforma en cuerpo blanco y el cuerpo blanco deja de segregar progesterona
y estrógenos. Al caer la progesterona y los estrógenos, cesa la inhibición
sobre el hipotálamo y la hipófisis y vuelven a elevarse tanto la LH como la
FSH. Esta elevación provoca que se desencadene la menstruación, dando final al
ciclo y comenzando el nuevo ciclo menstrual.
Si hubiese fecundación, el óvulo fecundado se implantará. Al
óvulo fecundado implantado se denomina córion. El corion comienza a fabricar
gonadotropina coriónica humana (hCG). Esta hormona evita que el cuerpo amarillo
se transforme en cuerpo blanco. Esto hace que los niveles de progesterona y
estrógenos se mantenga, no disminuya y por eso no se desencadena la
menstruación. El óvulo implantado comienza a fabricar la placenta. Y la
placenta fabrica las hormonas, estrógenos y progesterona. En la medida en que
la hormona comienza a fabricarlas, el cuerpo amarillo deja de fabricarlas.
Ciclo ovárico |
Fecundación.
Durante la fecundación, el material genético del óvulo y del
espermatozoide se fusionan. Debemos recordar que ambas células tienen la mitad
de dotación genética (n) gracias a las meiosis que sufren durante su formación.
Al unirse, constituirán la célula diploide (2n) que, en sucesivas divisiones,
acabará dando lugar al nuevo individuo.
Como media, el hombre deposita en la vagina de la mujer entre
300 y 500 millones de espermatozoides. De todos ellos, solo el 1% llegará a las
zonas próximas al óvulo y solo uno completará, de forma efectiva, la
fecundación.
Tras la unión, comienzan una serie de divisiones mitóticas
rápidas y consecutivas, denominadas segmentación. Durante los primeros días, se
dividirá sin crecer de tamaño, aumentando solo el número de células (que son
cada vez más pequeñas, lógicamente). A las 96 horas, se ha formado una
estructura denominada mórula. A los 5 días, se denominará blastocito. El
blastocito penetra en el útero y se une a la pared uterina en un proceso
denominado implantación.
A partir de este momento, comienza el desarrollo embrionario
propiamente dicho. El proceso durará nueve meses. La placenta se formará a los
tres meses, constituyéndose en parte por el embrión y en parte por el
endometrio uterino. La placenta se encargará de la nutrición y respiración del
embrión en crecimiento, que cada vez necesitará mayor aporte de nutrientes y
oxígeno. Al avanzar el desarrollo, comenzaremos a hablar de feto.
El feto se desprenderá de la placenta tras el nacimiento o
alumbramiento. Hasta el último momento, el feto se encuentra enganchado a la
placenta por medio del cordón umbilical, que pone en contacto el plasma
sanguíneo de la madre y del feto.
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