martes, 29 de mayo de 2012

Anatomía y Fisiología del Oído


Anatomía del oído.

El oído es el encargado de recoger las ondas sonoras, es decir, vibraciones de las partículas del aire. Las ondas llegan a unos pabellones situados a los lados de la cabeza, las orejas.
Esquema del oído.

El oído es el encargado de transformar esa onda sonora, de naturaleza mecánica, en una impulso nervioso. Además, en su interior se encuentra el mecanismo de control del equilibrio.

El oído tiene tres partes, el oído externo, medio e interno:

Oído externo: recoge las ondas sonoras del exterior y las conduce al interior. Está constituido por pabellón auditivo, conducto auditivo y tímpano.
  • Pabellón auditivo: es decir, la oreja. Se trata de un colgajo de cartílago elástico recubierto por piel y que se encarga de canalizar los sonidos del exterior hacia el conducto auditivo.
  • Conducto auditivo: canal de unos dos centímetros y medio de longitud. Está recubierto de pelos y de una secreción cerosa que impide que penetren partículas de suciedad. Finaliza en el tímpano.
  • Tímpano: capa de tejido conjuntivo fibroso que hace de “tela de tambor”, es decir, vibra cuando llega el sonido. Es, por lo tanto, el transmisor de la vibración de las partículas de aire.

Oído medio: se denomina también cavidad timpánica. En ella, la vibración del tímpano se transmite a tres pequeños huesos enlazados, el martillo, el yunque y el estribo, colocados en ese orden. Conducen la vibración mecánica desde el tímpano hasta el oído interno. Además, esta cavidad comunica con la nasofaringe a través de la trompa de Eustaquio, que evita que exista diferencias importantes de presión entre los dos lados del tímpano.

Oído interno: por la complejidad de sus conductos se denomina también laberinto. El laberinto está constituido por tres zonas, los conductos semicirculares óseos, el vestíbulo y la cóclea o caracol. Todo ello se encuentra rellena en un líquido llamado endolinfa y recubierto exteriormente por otro líquido denominado perilinfa. El vestíbulo, que está situado en la porción  central tiene una forma ovalada y está constituido por dos sacos, el sáculo y el utrículo.
Esquema del oído
En el interior del vestíbulo están los receptores del equilibrio. A partir del vestíbulo salen hacia arriba tres conductos arqueados, los conductos semicirculares. Por debajo y detrás del vestíbulo está el sáculo. Del sáculo. Del báculo parte la cóclea, de forma espiral, en cuyo interior se encuentra el verdadero órgano de audición, el órgano de Corti.

Órgano de Corti
En la cóclea encontramos encontramos tres conductos denominados rampa vestibular, rampa timpánica y conducto coclear. Las rampas vestibular y timpánica se encuentran rellenas de perilinfa. El órgano de Corti se encuentra en la membrana del coclear, que es el más interno de los tres y se encuentra relleno por endolinfa.





Fisiología del oído.

Órgano de Corti (A. de Grey, en Inglés)
Las ondas sonoras llegan al pabellón auditivo y son transmitidas, a través del conducto auditivo, hacia el tímpano. El tímpano vibra por la acción de las ondas sonoras y esta vibración se transmite al martillo, que a su vez mueve al yunque y el yunque al estribo. Estos transmiten el movimiento a unas membranas del oído interno que provocan que la perilinfa y endolinfa se mueva a través del laberinto.

Estos movimientos de estos líquidos provocan cambios en las presiones sobre las paredes de los conductos que se encuentran en la cóclea. Estos movimientos de las paredes y membranas son detectadas por unas células ciliadas cuyos cilios oscilan al estar en contacto con las membranas que recubren los conductos.

Las células ciliadas se encuentran conectadas a neuronas aferentes. El órgano de Corti recoge así los movimientos de la endolinfa y mandan las señales al sistema nervioso central, a través del nervio auditivo.

El centro auditivo se encuentra en la zona temporal del cerebro. El sonido se debe a los movimientos de la endolinfa de la cóclea.
Órgano de Corti
Los movimientos de nuestro cuerpo provocan movimientos en la endolinfa de los canales semicirculares. Estos están dispuesto con unos ángulos de aproximadamente 90º entre si y los movimientos de la endolinfa provocan una señal al cerebro que indican el movimiento que está realizando nuestra cabeza, siendo por lo tanto el responsable de la sensación de equilibrio.

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