domingo, 27 de noviembre de 2016

Ríos: Curso Alto, Medio y Bajo.

En un río se puede distinguir un tramo alto, un tramo medio y un tramo bajo.

En el curso alto predomina la erosión y el transporte sobre la sedimentación. Es la zona de los torrentes, las pendientes fuertes, las velocidades de flujo altos y el río tiene una gran capacidad de transporte. 

La carga es menor que la capacidad, el río erosiona, se encaja, el río discurre por valles my estrechos en forma de V muy cerrada, muy estrecha.




Garganta del cares (por Javier Mendia García)

En el tramo medio y en el tramo bajo los valles son más anchos, sobre todo el el curso más bajo y el fondo está cubierto por sedimentos acumulados por el propio río, formando una llanura aluvial. Alternan la erosión, el transporte y la sedimentación, según el curso. Pero la erosión ya no es tan fuerte como en el curso alto y la sedimentación es mucho más importante.



La forma del perfil de los valles formados por ríos es típicamente en forma de V, más estrecha en tramos altos y más abierta en los tramos medio y bajo. Y son importantes los tipos de materiales que deba escavar. Si son muy competentes, el río formará gargantas o desfiladeros.



Existen algunos rasgos geomorfológicos asociados a los cursos fluviales. Así, en las zonas de montaña en las que hay barrancos, cuando alcanzan los puntos de menos inclinación, el río tiende a descargar toda su carga sedimentaria y se forman abanicos fluviales. Si en una franja de un borde montañoso se unen varios abanicos que se unen lateralmente, se forman los denominados piedemotes. Son típicos de zonas áridas. Están asociados a los ríos en sus cursos altos.
 
Abanicos fluviales (image de la NASA)
En los cursos medios y bajos el río tiende a circular por canales que va encajando en las llanuras aluviales. En las zonas de curso medio, predominan los canales anastomosados, que dejan en el medio islotes con arena, cantos, etc. Estos islotes van cambiado a cada crecida del río.

En las zonas bajas o zonas de poca pendiente se forman canales meandriformes. Como indicamos, son típicos de zonas con bajas pendientes y de cursos bajos de los ríos y en ellos el canal describe curvas muy marcadas. En su zona cóncava, el río tiende a escavar, a erosionar y en la zona convexa en cambio tiende a depositar sedimentos. Por este motivo los meandros tienden a ir haciéndose cada vez más acusados. Cuando el meandro es muy antiguo, es frecuente que el río acabe atajando y dejando una zona de cauce sin agua denominada meandro abandonado.

Estructuras de los ríos en el curso medio.

Cuando en una cascada la roca de arriba es más dura que la de abajo, la cascada tiende a retroceder, pero no a desaparecer.

Meandros (en Alaska)

Otra forma característica son las marmitas de gigante o pilancones. Se trata de pozos en los que entran cantos que giran por la acción de la corriente, provocando que el hueco se agrande. Es decir, el canto hace de taladradora. Se dan con más facilidad cuando el canto gira en un hueco que ha sido excavado en una zona especialmente blanda. 
Cascadas (por Klaus Eltrop)

De vez en cuando podemos encontrar un tipo especial de meandros denominados meandros encajados. Se dan cuando un río atraviesa una llanura aluvial formada por sedimentos del propio río. El río va profundizando hasta encontrar la roca dura que se sitúa debajo. Los meandros encajados se producen cuando el río alcanza esta roca dura y ésta le impide cambiar el cauce. Es decir, una vez llega a la roca dura, el meandro ya no puede cambiar o dibujarse y la roca dura de la parte inferior refleja la forma de los meandros. Por este motivo, los meandros que se forman son estables, fijos.


En muchas ocasiones las llanuras de inundación tienen un perfil convexo en lugar de un perfil cóncavo. Se debe a que su cauce natural es la llanura entera y el lugar por donde está discurriendo en este momento es el lecho menor. Es decir, el lugar por donde está circulando en este momento está rodeado por dos diques, los diques del lecho menor denominados malecones. Los malecones están formados por los materiales más gruesos que lleva el río.

Llanuras de perfil convexo.

En una crecida grande, el río se extiende por toda la llanura, pero los cantos pesados los deja en el borde del lecho menor, pues al desbordarse pierde energía, suelta materiales de gran tamaño en las orillas y lo que llevará en suspensión serán materiales más ligeros, como arenas, arcillas o limus. Por eso el borde tiende a formarse con orillas más elevadas.
 
Terraza fluvial
Todo esto provoca que, en ocasiones, esté más elevado el lecho por donde circula el agua que el resto de la llanura de inundación. La formación de malecones puede provocar, en ocasiones, que los afluentes se encuentren con los diques y que estos impidan al afluente unirse directamente con el río principal, circulando ambos paralelos hasta que se unan en un punto donde lo existan malecones o estos sean de menor altura.

También se puede dar, en ocasiones, la formación de capturas fluviales. Imaginemos que hay dos vertientes, una de ellas con más pendiente y con el nivel de base de los ríos próximo a ella, frente a otra pendiente más suave y que tiene más alejados los niveles de base. Si hay peor clima en la pendiente más inclinada y llueve más, en esta pendiente habrá también más erosión. Los ríos de la pendiente más suave pueden llegar a capturar la cabecera de los ríos de la otra pendiente, atrapando así el agua y llevándosela la zona de pendiente más hundida.

Captura fluvial.
Las terrazas fluviales son otra estructura que puede aparecer en algunos ríos. Los ríos, a lo largo de su historia, experimentan variaciones en la capacidad de erosión y sedimentación debidos a cambios climáticos o de nivel de base, cuando por ejemplo el nivel de base profundiza.  El río pasa una temporada en la que escarba con fuerza, seguido de otra temporada en la que deja de escarbar, a la que sucede otra etapa de excavación y así sucesivamente. Esto originará la formación de terrazas fluviales.

Cabe destacar que estas también pueden ser formadas debido a levantamientos isostáticos de la corteza terrestre.

Otra posibilidad es la formación de terrazas encajadas. Se forman cuando los episodios de erosión son más cortos que los episodios de la sedimentación. Es decir, en los ciclos erosión-sedimentación, predomina la sedimentación.

En cualquiera de los casos, en las terrazas fluviales la llanura más baja es la más reciente.

Terrazas fluviales y terrazas fluviales encajadas.
Al estudiar los ríos, resulta muy importante el estudio del perfil vertical de sedimentos. Los sedimentos depositados en horizontal combinan lentejuelas o lentejones de gravas y arenas entre arcillas. Corresponden a posiciones del lecho menor. Los sedimentos de los lentejones son los depositados por el cauce cuando cambia de posición. Las arcillas son depositadas en las subidas, durante las crecidas.

En los cursos altos, los depósitos que dejan dan lugar a los abanicos fluviales. Hay una mezcla de materiales de distinto tamaño, mezcla de rocas distintas y poco redondeamiento en los cantos, ya que el transporte es muy pequeño, muy corto. Se dice que los sedimentos están poco calibrados, por el tamaño y que presentan poca madurez, por lo poco redondeados que se encuentran.

Estos depósitos fluviales cuando son compactados se convierten en rocas sedimentarias. Son diferentes en diferentes niveles. Las rocas sedimentarias que generan los depósitos fluviales son brechas y conglomerados en los abanicos fluviales; en los abanicos aluviales tienden a ser solo conglomerados; así como conglomerados y areniscas con pizarras en los depósitos de las llanuras de inundación.
 
Delta de ebro (por Gons)

Esto no quiere decir que todos los conglomerados, areniscas o pizarras sean de origen fluvial. Lo que, sin embargo, es cierto, es que las calizas no son nunca de origen fluvial, siendo de origen marino la mayoría de ellas, o de origen lacustre otras.

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