jueves, 3 de noviembre de 2011

Anexos cutáneos: Anatomía del Folículo Piloso


Pelo visto con lupa binocular

Los pelos son un tipo de anexo cutáneo queratinizados, perteneciente al grupo de las faneras (dentro de las que se engloban las escamas de los peces o las plumas de las aves). Su morfología es filamentosa, alargada y flexible, aunque bastante resistente a la tracción. Se forman a partir de una invaginación de la epidermis en la dermis, ensanchada en su parte inferior y que se denomina folículo piloso. El pelo emerge perpendicularmente o, más comúnmente, de forma ligeramente oblicua al plano epidérmico. Está constituido por células epidérmicas cargadas de queratina, aplanadas y fuertemente empaquetadas, formando una estructura filamentosa y cilíndrica de sección circular o ligeramente elíptica.

En el cuerpo existen pocas zonas no recubiertas de pelo y denominadas zonas glabras: palmas y plantas, lados de los dedos (tanto de manos como de pies), superficie lateral de los pies por debajo del tobillo, labios y semimucosas genitales (glande y prepucio en el pene, clítoris, labios menores y cara interna de los labios mayores en los genitales externos femeninos). El resto del cuerpo está cubierto de pelos, de mayor o menor tamaño. Algunos de gran tamaño, como los cabellos, en la cabeza (tenemos entre cien mil y ciento cincuenta mil cabellos), cuyo diámetro puede llegar a los 0,6 milímetros y su longitud superar el metro. Otros son casi imperceptibles o solo visibles con lupa y diámetros de grosor de 0,005 milímetros y longitudes de menos de un milímetro.

Anatómicamente podemos diferenciar dos grandes tipos de pelo; por una parte está el lanugo, que recubre la piel del feto y que se pierde en los meses posteriores al nacimiento. Y el pelo terminal, que cubre el cuerpo sustituyendo al lanugo en los meses posteriores. Este pelo terminal, a su vez, resulta muy variable en cuanto a su morfología y distribución; ésta varía, además, en función del estado de desarrollo y madurez del individuo y del sexo, siendo una característica sexual secundaria. Incluso diferentes razas presentan pequeñas variaciones en esta distribución.

Así, por un lado, tenemos los pelos largos y flexibles que aparecen en el cuero cabelludo, pubis y axilas (en ambos sexos), barba y bigote de los hombres; y una cierta cantidad en brazos y piernas, más abundantes en hombres que en mujeres. Por otro lado, están el pelo corto y rígido de las cejas, pestañas y vibrisas de la nariz y oído externo. Por último, teneos el pelo corporal fino, invisible, denominado vello (en algunas zonas aumenta su tamaño hasta transformarse en un pelo largo y flexible, como lo hemos indicado en brazos y piernas).

La función original del pelo es el de protección, frente al sol, al frío y la deshidratación. En los seres humanos todas estas funciones están muy venidas a menos (nos cubrimos con ropas), aunque aun conservamos ciertas reminiscencias de sus funciones originales: cuando hace frío o ante situaciones de estrés, se nos erizan los pelos (piel de gallina). Como hemos visto, existe un claro dimorfismo sexual en la distribución del pelo, por lo que originalmente también supuso un sistema de identificación sexual. Además, parece demostrado que el pelo participa en la reparación de la piel, aportando células germinativas de su folículo ante situaciones de daños severos en la epidermis. También suponen parte del sistema sensorial de la piel (tienen asociados nervios). Y algunos tipos de vibrisas son importantes para la protección de estructuras delicadas: evitan que penetren pequeños objetos y contaminantes o agua en los ojos, nariz u oídos. Sin embargo, podemos decir que su función más importante hoy en día es meramente estética.

Como ya hemos indicado, el pelo nace de una invaginación de la epidermis en la dermis denominada folículo piloso. Ahí se encuentra el nacimiento del pelo, comúnmente llamado raíz. Al pelo propiamente dicho le llamaremos tallo del pelo y al canal por el que emerge al exterior, conducto o infundíbulo piloso.

El folículo piloso es una estructura cilíndrica con un abultamiento en la parte inferior denominado bulbo piloso. En ese bulbo piloso existe una invaginación de pequeño tamaño de tejido conjuntivo dérmico dentro del folículo que denominada papila capilar. En esta papila penetran vasos sanguíneos y nervios que nutren y dan sensibilidad al pelo respectivamente. Sobre la papila del pelo se encuentran un grupo de células germinativas, similares a las células basales del estrato basal de la epidermis, que se dividen de forma continua originando, con estas mitosis, células pilosas que empujan a las superiores, haciendo de esta forma crecer al pelo. A estas células germinales se les denomina matriz capilar. 

A diferencia de las células de la epidermis, las células de la matriz capilar no trabajan de forma continua, sino que pasan por periodos de trabajo (fase anágena del crecimiento) y fases de reposo, en las que el pelo deja de crecer, muere y acaba por desprenderse (fase telógena del crecimiento); entre ambas fases existe una interfase de transición, de paso entre el folículo en crecimiento y el folículo en reposo (fase catágena del crecimiento). Entre las células de la matriz se encuentran, además, melanocitos encargados de ceder melanina a las células que conformarán el pelo, aportando así la coloración del mismo.
Las células de la matriz general el pelo que va creciendo y transformándose a lo largo del folículo piloso, pues las células van cargándose de queratina en su ascensión, formando la estructura final, dura pero flexible. A la zona del folículo donde tiene lugar la queratinización se le denomina zona queratóngena.

El pelo generado por la matriz consta de tres grandes zonas. Una interior, delgada y presente solo en pelos gruesos, denominada médula. Alrededor de esta, otra capa de células de mayor tamaño, cargadas de queratina y granos de malanina, que constituyen el grueso del pelo y se denominan corteza o córtex. Recubriendo a la corteza se encuentra la cutícula, formada por células aplanadas y que constituyen la envuelta más exterior del pelo cuando este emerge a la superficie (forman una cubierta a modo de tejas de un tejado).
Folículo Piloso (del libro Anatomía de Grey)

La matriz también genera una serie de capas que rodean al pelo cuando se encuentra dentro del folículo y que se desprenden al exterior durante el proceso de crecimiento del pelo; constituyen una vaina denominada vaina radicular interna y a su vez está formada por tres capas: la cutícula de la vaina radicular interna, en contacto directo con el pelo; la capa de Huxley; y la capa de Henle.

Esta última está en contacto con el tejido epitelial que constituye la pared del folículo piloso y que se denomina vaina radicular externa; esta tiene unas características similares a las de la epidermis, con la que se continua.
Rodeando al folículo piloso encontramos una membrana de tejido conjuntivo fibroso que lo separa de la dermis y se denomina membrana vítrea.
Corte transversal del folículo piloso (de Anatomía de Grey)
 Como ya hemos indicado, en la matriz del folículo se encuentran los melanocitos encargados de dar color al pelo. No solo existen diferencias raciales y personales en el color del pelo, también son frecuentes las diferentes coloraciones dentro de un mismo individuo, tanto entre pelos de diferentes zonas (los de las cejas, por ejemplo, suelen ser mas oscuros), como dentro de una misma zona (no son raras las personas que tienen cabellos de tres colores diferentes, siendo uno de los colores el claro predominante).
Estructura del folículo piloso
 Los folículos suelen llevar asociado un músculo que los conecta con la epidermis permitiendo, con su contracción, variar el grado de perpendicularidad del mismo respecto a la superficie de la pie; es el músculo erector del pelo.

Los pelos tienen su folículo rodeado por una red de capilares que lo nutren, sobre todo los pelos de gran tamaño; y poseen una red nerviosa a su alrededor que los convierte en parte del sistema sensorial.
Todos los pelos llevan asociado una anexo cutáneo muy importante, ya que va a caracterizar el tipo de piel: la glándula sebácea.

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