Antes de comenzar a hablar de los desodorantes debemos
pararnos a analizar qué es el sudor y cuál es su significado.
Esquema de la piel |
En el cuerpo humano podemos distinguir dos tipos de
glándulas sudoríparas, que difieren tanto en su anatomía y morfología como en
su fisiología y funciones. Son las glándulas sudoríparas ecrinas y las
glándulas sudoríparas apocrinas.
Las glándulas ecrinas se encargan de segregar un líquido
acuoso y en general de manera abundante. Se encuentran distribuidas por todo el cuerpo y se abren diréctamente a la piel, resultando más abundantes en algunas zonas como cuero cabelludo y frente, manos, o pies y más escasas en otras como los flancos laterales del tórax.
Su principal función es
termorreguladora, aportando un líquido que,
al evaporarse, rebaja la temperatura de la piel. Por esta razón se segregará mayor cantidad de sudor cuanto mayor sea la temperatura ambiental o si el cuerpo, debido al funcionamiento del sistema muscular (por ejemplo derivado de una actividad física intensa), aumenta su temperatura.
al evaporarse, rebaja la temperatura de la piel. Por esta razón se segregará mayor cantidad de sudor cuanto mayor sea la temperatura ambiental o si el cuerpo, debido al funcionamiento del sistema muscular (por ejemplo derivado de una actividad física intensa), aumenta su temperatura.
Esquema de una glándula sudorípara ecrina
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Esquema de glándula aprocina |
El segundo tipo de glándulas son las apocrinas. Esta se abren a folículos pilotos y encuentran en zonas muy concretas (axilas y zona anogenital, fundamentalmente). Segregan un sudor lechoso y cargado de sustancias orgánicas. Son las causantes
del olor característico individual, pues la composición de la secreción es muy variable (tanto entre personas, como en una misma persona, variando a lo largo de la vida).
Debemos tener en cuenta que el sudor en si mismo carece de
olor desagradable. De hecho el sudor ecrino es prácticamente inodoro. Es la descomposición del mismo por parte de la flora
microbiana (que habita nuestra piel) el que produce sustancias del mal olor característico. En determinadas zonas, bien por encontrarse encerradas (como ocurre en los pies), bien por encontrarse confinadas entre pliegues cutáneos (como ocurre en las axilas), esta descomposición es más evidente. Además, en la zona axilar y anogenital contribuirá en gran medida la presencia de sudor apócrino (con mayor carga de componentes orgánicos, algunos de ellos olorosos por si mismos).
Desodorantes y antiperspirantes poseen un fin común: evitar
los efectos antiestéticos del sudor. Pero su modo de actuación es totalmente
diferente, ya que los desodorantes tratan de evitar o enmascarar el olor
desagradable del sudor, mientras que los antiperspirantes evitan la producción
de sudor por parte de las glándulas.
Principios activos.
Los desodorantes actúan tratando de evitar el mal olor del
sudor al ser descompuestos parte de sus componentes por hongos y bacterias.
Para lograrlo hay dos mecanismos básicos, evitar el desarrollo de las bacterias
o neutralizar el mal olor del sudor degradado por los microorganismos.
Triclosan |
En el premier caso el principio activo será una sustancia
que controle en desarrollo de los microorganismos, es decir, un
antimicrobiano. Existen multitud
de antimicrobianos diferentes usados en los desodorantes. Casi todos los
desodorantes poseen cantidades relativamente altas de alcohol etílico, que
actuará como disolvente de otros componentes y como antimicrobianos. Entre los
antimicrobianos orgánicos más usados destacan las cloroamidas, los clorofenoles
como el triclosan y algunos derivados del amonio cuaternario.
Para neutralizar el mal olor de los desodorantes tenemos,
así mismo, dos opciones. La primera es usar sustancias adsorbentes de las
sustancias odoríferas, es decir, sustancias capaces de unirse a los compuestos
olorosos y neutralizar de este modo su olor. Entre estas podemos encontrar
desde diferentes tipos de resinas hasta sustancias de naturaleza lipídica como
el ricinoleato cinc.
La segunda opción es usar perfumantes fuertes que disimulen
el olor del sudor, aunque este último método es con diferencia el menos
efectivo y adecuado (tengamos en cuenta que, más tarde o más temprano, el olor
del perfumante desaparecerá).
Los antiperspirantes tratan de evitar que el sudor sea
segregado por la glándula, o absorben o adsorben el sudor nada más ser
segregado, evitando que entre en contacto con los microorganismos. Volvemos a
tener, por lo tanto, dos opciones.
Los compuestos
más habituales que se usan para evitar que la glándula segregue sudor son las
sales de aluminio, inorgánicos como los derivados del clorohidrato de aluminio,
cloruro de aluminio o sulfato de aluminio, u orgánicos como las sales fenólicas
de aluminio. Cierran el conducto glandular o lo obliteran, evitando la salida
del sudor.
En cuanto a los adsorbentes, son sustancias generalmente
pulverizadas a cuya superficie se pega el sudor. Destacan las sales de calcio y
magnesio pulverizadas, como el talco, el caolín y sus derivados. Suele usarse
talco micronizado, para que no deje rastro sobre la piel.
Excipientes.
Dado que la variedad de formas cosméticas de los
desodorantes es muy elevada, podemos encontrar también varios tipos de
excipientes. La mayor parte de los desodorantes y antiperspirantes vienen
disueltos o suspendidos en agua. Es muy frecuente la presencia de un excipiente
hidroalcohólico o hidroalcohólicoglicérico (es el excipiente de muchos
desodorantes en aerosol). El vehículo acuoso o hidroalcohólico puede estar
modificado.
Otra posibilidad es que el cosmético se presente
emulsionado, apareciendo entonces una fase acuosa y una fase oleosa. Los
excipientes oleosos no derivan mucho de los que ya estudiamos en las emulsiones
de limpieza. Las emulsiones más frecuentes son las aceite en agua (emulsiones
lechosas o emulsiones O/A), pero también podemos encontrar emulsiones agua en
aceite (emulsiones cremosas o emulsiones A/O), más grasas y viscosas
(desodorantes en crema).
Incluso a veces aparecen como cosméticos sólidos, sin agua
(desodorantes en polvo), en los que las sales metálicas y el talco se
encuentran incorporados en un sistema sólido inerte.
Aditivos y correctores.
Los aditivos más importantes de la mayoría de los cosméticos
desodorantes y antiperspirantes son los perfumes y aromas. En algunos casos
podrían considerarse incluso su principio activo.
Debe incorporar, en la mayor parte de las formas cosméticas,
antioxidantes y antimicrobianos. Recordemos que estos últimos pueden ser el
principio activo en si mismo del cosmético.
Cada forma cosmética particular puede incorporar, así mismo,
aditivos y correctores que colaboren en las buenas características y propiedades
del producto.
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