Está formado por la estrella Sol y un conjunto de cuerpos
que giran alrededor de esta estrella: 8 planetas y 1 planetoide, los satélites
de los planteas, asteroides (grupo de cuerpos rocosos, girando en su mayor
parte entre la órbita de Marte y Júpiter), meteoritos y cometas.
Los planetas se dividen clásicamente en planetas menors y
mayores. Los menores serían Mercurio, Venus, Tierra, Marte y antiguamente
Plutón (aunque ha perdido su categoría de planeta y ahora se le considera un
planeta enano o planetoide). Los mayores serían Júpiter, Saturno, Neptuno y
Urano.
Esta clasificación tiene sus problemas. Existen asteroides
con diámtros de incluso más de 100 kilómetros. Por ejemplo, hay un asteroide no
perteneciente al cinturón de asteroides cuyo diámetro es de 350 kilómetros.
Plutón, que era considerado un planeta, es más pequeño que muchos satélites.
Por esta razón, hoy en día la clasificación atiende no solo
al tamaño, sin también a la composición química y geológica de los cuerpos
celestes.
Los planetas giran en una órbita aproximadamente elíptica.
El Sol representa el 99% de la masa total del conjunto del Sistema Solar.
Dentro del Sol distinguimos varias partes. La Cronosfera, de
muy baja densidad, es su capa más externa. Más profundamente encontramos la
Fotosfera, de alta densidad y altísima temperatura. Por debajo de la fotosfera
la investigación se vuelve muy compleja, ya que los telescopios tradicionales
no ven.
De entre los plantas, Júpiter es el mayor, representando el
71% de la masa total de los planetas. A los cuatro primeros planteas del
sistema se les llama plantas internos, al resto se les denomina planetas
externos.
Plutón tiene un diámetro un 50% menor que el de la Luna. De
ahí que se le considere un planetoide.
Hay asteroides en el cinturón entre Marte y Júpiter, pero
también existen asteorides exteriores. Y por eso se tiende a hablar de cuerpos
plantarios, que son cuerpos que giran alrededor de una estrella en órbias más o
menos elípticas, o alrededor de otro cuerpo planetario. Todos estos cuerpos son
demasiado pequeños para que en su interior se produzcan reacciones de fusión
con las que suceden en el Sol. Es posible que a Júpiter le falte relatiamente
poca masa para conseguir este tipo de reacciones (es decir, a nivel de masa,
podría estar cerca de ser una estrella).
Atendiendo a la composición química, se distinguen tres
categorías:
- Cuerpos silicatados que poseen hierro.
- Cuerpos silicatados con hielo agua o hielo de otros materiales volátiles.
- Cuerpos de gran tamaño compuestos fundamentalmente por volátiles helados (como hidrógeno y ehlio congelados).
Dentro de la primera categoría hay dos grandes grupos de
cuerpos silicatados. Por un lado, aquellos con abundancia de hierro,
correspondiendo a esta categoría Mercurio, Venus y Tierra.
Por otro lado, aquellos con escaso contenido en hierro, como
son Marte, la Luna y Europa e Io (estos dos últimos son satélites de Júpiter).
Dentro de los cuerpos silicatos con hielo de agua o de otros
materiales volátiles helados encontraríamos a Plutón y a la mayoría de los
satélites de los planetas exteriores.
Y por último, dentro de los cuerpos de gran tamaño compuesto
por volátiles helados encontramos a los grandes planetas, llamados también
planetas gigantes o gaseosos. Es decir, Jupiter, Saturno, Neptuno y Urano.
Desde el punto de vista geológico, nos interesa la densidad
y si hubo o no hubo actividad geológica en el planeta, es decir, vulcanismo
activo, movimientos en la corteza omo fallas, placas de corteza destruida, etc.
Para esto el planeta necesita un calor suficiente, que
permita este tipo de movimietnos. Cuando presenta actividad tectónica, habrá
partes de la corteza más nuevas y partes más viejas. Cuando el plantea presenta
muchos crátres de impacto suele deberse a que la corteza no se renueva (es decir,
no hay actividad geológica de ese tipo). De ahí que la Luna, por ejemplo, tenga
gran cantidad de cráteres derivados del impacto d curpos. Los impactos son una
buena medida del tiempo, a más cráteres, mayor tiempo de renovación de la
corteza.
Los cuerpos del primer grupo, como Mercurio, Venus, la
Tierra, Marte, Io, Europa y la Luna tienen densidades de entre 3gr/cc y 5gr/cc.
Son el tipo de cuerpo más denso. Se les llama cuerpos plaetarios de tipo
terrestre. Su rasgo fundamental es que, a lo largo de su historia, han generado
calor suficiente para que en ellos se haya producido actividad geológica. En
algunos ha sido tan importante que la corteza se ha renovado y se han borrado
los rasgos primitivos. En algunos, la actividad geológica aun se encuentra presente,
aun están activos (como en la Tierra, Venus e Io). En otros, en cambio, ya se
ha paralizado.
El segundo grupo es de cuerpos presenta densidades menores,
de entre 1,5gr/cc y 2gr/cc. Son inactivos geológicamente. Por eso son unos
excelentes laboratorios para comprender las primeras etapas del desarrollo del
Sistema Solar, los sucesos primordiales. Son como una foto fija de los primeros
episodios del Sistema Solar.
El tercer grupo, los planetas gigantes, tienen unas
densidades bajísimas, de entre 0,7gr/cc y 1,7gr/cc. Es un indicio de la baja
cantidad de silicatos que presentan. Se supone que estos compuestos silicatados
se encuentran enterrados en el núclo bajo los compuestos volátiles, en forma de
gas o de plasma. Las densidades delnúcleo deben ser mucho más altas que el
exterior. No hay procesos geológicos detectables, pero hay una dinámica
superficial comprarable a la actividad atmosférica. En Jupiter pueden verse
ciclones y anticiclones.
5 comentarios:
muy bien
me gusta
va va va pa eso
esta muy feo que estupido fue esa información
Jaja
Publicar un comentario