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sábado, 27 de octubre de 2018

Ecología: Adaptaciones al Medio

Introducción
Las relaciones entre los seres vivos y el biotopo se traduce en las adaptaciones de los seres vivos a este entorno. Es decir, los seres vivos deben adaptarse para poder medrar bajo los factores abióticos que definen el hábitat en el que medran.
Factores limitantes
Un factor ecológico es cualquier factor, físico o biológico, que pueda influir en el desarrollo de una especie. Cualquier factor ecológico puede actuar como un factor limitante cuando se encuentre por debajo de un mínimo o por encima de un máximo. Es decir, para cualquier especie encontraremos una serie de factores que condicionarán su crecimiento, de forma que crecerán siempre que el factor se encuentre entre unos valores y dejará de crecer, morirá o se desplazará en busca de otro entorno si el factor se encuentra por encima o debajo de ese nivel.
Los factores limitantes se definen, por lo tanto, como todos aquellos factores físicos o biológicos que condicionan de alguna forma la vida de una especie.
Al rango dentro del cual la especie la especie se desarrolla se le denomina límite de tolerancia. Los niveles en los que la especie se desarrolla con mayor profusión marcan la zona óptima. Cuando un factor cualquiera sale del índice de tolerancia de una especie, ésta especie dejará de desarrollarse. Existe un cierto rango de valores en los que la especie podrá crecer con dificultades, hablándose entonces de especie rara. A partir de un cierto máximo o por debajo de un mínimo, el factor hará imposible la vida de la especie.
Estudiaremos ahora los diferentes factores abióticos que estudiamos en el apartado anterior, junto con las principales adaptaciones de los organismos a estos medios.

domingo, 6 de mayo de 2018

Evolución del Género Homo: Breve descripción

Orígenes del Hombre
Los seres humanos somos animales pertenecientes al phylum Chordata y subfilo Vertebrata, es decir, somos cordados vertebrados. Estamos dentro de la clase Mammalia, o sea somos Mamíferos. Y entre los mamíferos, estamos en el orden Primates. Nuestro nombre científico es Homo sapiens.
Pertenecemos al mismo orden que los monos en general y estamos especialmente emparentados con orangutanes, gorilas, bononos y chimpancés. Se trata de un grupo general conocidos como primates. Los primates descienden de un grupo de monos común conocidos genéricamente monos del viejo mundo, frente a los monos del nuevo mundo que corresponden a aquellos que ocuparon el continente americano.
Esto no quiere decir que descendamos de los orangutanes o los chimpancés, sino que todos estos tipos de primates y los humanos poseemos ascendientes comunes. El grado de parentesco con un primate es tanto mayor cuanto más cercano sea el punto de división en la línea evolutiva o, dicho de otro modo, cuanto más cercano se encuentre el último ancestro común.
Según esto, hoy en día estimamos que nuestros parientes más cercanos son chimpancés y bononos. Un poco más alejados se encuentran los gorilas y los orangutanes (la estimación más actual se ha llevado a cabo mediante análisis de ADN). 
Primeros Homínidos 
La principal característica que diferencia a los homínidos del resto de primates es la bipedestación, es decir, la capacidad de caminar erguidos, a dos patas. Los primeros primates bípedos en la serie evolutiva no pertenecen al género homo; son los Australopithecus. Se conocen varias especies de fósiles de Australopithecus: A. afarensis, A. africanus, A. anamensis entre otras.  Todos ellos eran bípedos y con una capacidad craneal de alrededor de 500 centímetros cúbicos (la capacidad craneal está íntimamente relacionada con la inteligencia), similar a los actuales grandes simios (bononos, chimpancés y gorilas) y medían entre un metro y un metro y medio. Se alimentaban fundamentalmente de frutas y hojas. Ocuparon zonas tropicales de África, apareciendo hace entre 4,5 y 5 millones de años y extinguiéndose hace aproximadamente 2 millones de años. Existe un amplio debate sobre qué aspecto de la bipedestación hizo que estos animales prosperasen; se ha planteado si pudo ser una ventaja a la hora de localizar depredadores, o tal vez si la liberación de sus manos a la hora de desplazarse pudo favorecer el desarrollo de la inteligencia al ser capaces de usar herramientas rudimentarias. Lo que parece demostrado es que los Australopithecus no eran capaces de fabricar sus propias herramientas y carecían de sistemas de comunicación o pensamiento simbólico.
No está claro cuál de las diferencies especies de Austrolopithecus conocidos son el  antecesor de los homínidos y cuáles son rutas paralelas, anteriores o posteriores a la aparición del género homo. Uno de los primeros Homo aparecerá en África hace algo menos de 3 millones de años. Se trata del Homo habilis. Como sus antecesores, caminaba erguido y su capacidad craneal seguía siendo similar a la de los actuales grandes simios. Pero existen pruebas claras que indican que este grupo de homínidos eran capaces de fabricar sus propias herramientas. La transmisión de información sobre las técnicas de tallado de piedra hacen suponer que poseían algún sistema de comunicación entre individuos, aunque se trate de una comunicación muy primitiva (nada que ver con un lenguaje real).
Expansión del género Homo
Homo habilis
Del Homo habilis surgirán dos especies de Homo que se expandirán por África y comenzarán a colonizar el continente europeo y buena parte de Asia. Se trata del Homo erectus y del Homo ergaster. El H. ergaster dominará sobre todo las regiones europeas, mientras que el H. erectus establecerá su dominio en Asia. Aparecieron hace alrededor de 2,8 millones de años. Ambas especies poseen capacidades craneales mayores a las del Homo habilis, superando ligeramente los 800 cc. No solo son capaces de fabricar herramientas, también se les atribuye la capacidad de dominar el fuego (que podían usar tanto para  protegerse de depredadores, como para iluminarse y calentarse, sobre todo durante la noche).
Si bien el Homo ergaster parece haberse extinguido hace ya más de un millón y medio de años, algunas poblaciones de Homo habilis, o pequeñas variantes de los mismos como el Homo florensis, continuaron viviendo en el continente asiático hasta hace menos de doscientos mil años (es decir, llegaron a convivir con el Homo sapiens actual).
Homo erectus
A partir de alguna de estas dos especies de homo especies surgirá, hace alrededor de un millón y medio de años, el Homo antecesor. Partirá, presuntamente, de África y colonizará fundamentalmente el continente europeo (no han aparecido, hasta el momento, restos en Asia). La crucial importancia de esta especie es que se trata del antecesor común de las dos grandes especies de homo más actuales: el Homo neanderthalensis y el Homo sapiens.
Los Homo antecesor poseían capacidad de fabricar herramientas de una cierta complejidad. Físicamente eran más poderosos que sus antepasados, medían más de 160 cm y podían llegar a alcanzar los 180 cm en algunos casos. Su capacidad craneal era sensiblemente inferior a la de humanos y neandertales, rondando los 1000 centímetro cúbicos (estas dos especies alcanzarán promedios de alrededor de 1350 cc).
Neandertales y Humanos
Neandertal
Durante muchos años, se consideró al Homo neanderthalensis el inmediato antecesor del Homo sapiens moderno. Hoy en día sabemos, en cambio, que ambas especies son ramas paralelas con un origen común. Ambas parecen surgir en África, hace algo más de un millón de años. El neandertal centrará su dominio en la zona sur de Europa, el sapiens se hará más ubicuo, colonizando tanto la zona sur de Europa como el continente asiático.
Ambas especies comparten ciertas similitudes. Por un lado, su capacidad craneal es similar, alrededor de 1350 centímetro cúbicos. Ambos fabrican herramientas complejas y ambos manifiestan pensamiento simbólico: pintan las paredes de las cuevas que habitan, decoran sus cuerpos y honran a sus muertos mediante ritos funerarios.
La idea de que los neandertales eran una especie de humanos torpes está prácticamente descartada. Usaban herramientas similares, poseían ritos parecidos y sus estructuras sociales eran complejas en ambos casos.  Ambos debían tener sistemas de comunicación relativamente complejos (aunque se ha planteado en  ocasiones que el aparato donador de los humanos permite la realización de más sonidos). La razón por la cual los neandertales se extinguieron y los humanos persistieron está aun en debate.
Por un lado, los neandertales eran de menor tamaño y mucho más robustos, con piernas más cortas y brazos más largos. Su capacidad craneal era similar a la de humanos, aunque la morfología de su cabeza era ligeramente distinta, con frente huidiza y un arco ocular bastante marcado. Su fisionomía los hacía especialmente aptos para vivir en ambientes más fríos. El cambio climático tras la glaciación pudo ser uno de los desencadenantes de su debacle.
También se ha postulado la fusión o hibridación con humanos. Si bien la absorción total de los neandertales por parte de los humanos está más o menos descartada, sí que se ha demostrado, mediante análisis de ADN, que ha habido cruzamientos entre ambas especies.
Una última hipótesis es que neandertales y humanos competían por el mismo nicho ecológico, es decir, ambos consumían los mismos recursos; y los humanos, más adaptados al medio, sobre manera tras el calentamiento del clima, acabaron por desplazar totalmente a los neandertales.
De una forma o de otra, los últimos neandertales se extinguirían hace menos de treinta mil años.
Homo sapiens
Los seres humanos continuarían su marcha. Si bien hubo un momento de cuello de botella, en la que estuvo al borde de la extinción, el desarrollo cultural logrará una explosión demográfica, sobre manera tras el nacimiento de la agricultura y ganadería, es decir, tras el neolítico.
El ser humano no ha dejado de evolucionar. Antes del neolítico, los cazadores recolectores eran sensiblemente más altos y corpulentos, superaban habitualmente los 180 centímetros y los huesos muestran que su musculatura debía ser prominente. Tras el neolítico se favorece evolutivamente un menor volumen corporal: dado que no tienen que cazar, no se requieren musculaturas tan prominentes y de este modo se requiere menor consumo de energía para su actividad diaria.

Los seres humanos actuales siguen evolucionando. Pero los sistemas de control familiar y el modo de vida actual hacen que la selección natural actúe de un modo más atemperado.

domingo, 15 de abril de 2018

Consecuencias de la Evolución

Especiación y Deriva Génica: Aparición de Nuevas Especies
La especiación trata de explicar el proceso que tiene lugar en los grupos de individuos y que acaban dando lugar a la aparición de nuevas especies.
Se admite cuando dos comunidades de individuos de la misma especie dejan de tener relaciones entre sí y de cruzar sus genes, la distancia genética se irá ampliando. Esto se debe a que las mutaciones de cada grupo no se compartirán, cada grupo tendrá sus mutaciones azarosas y se irán adaptando al medio que les rodea de forma independiente.
El genotipo de los individuos de las dos poblaciones separadas se irá haciendo cada vez más diferente. La evolución de los distintos genotipos de las comunidades debido a mutaciones azarosas se denomina Deriva Génica. Dos comunidades separadas tendrán procesos de deriva génica distintas y por lo tanto tenderán a mostrar diferencias cada vez más acusadas. Si a esto unimos que sobre ambas comunidades pueden actuar factores ambientales distintos, en un espacio de tiempo acabaremos obteniendo comunidades con organismos incapaces de reproducirse entre sí, es decir, comunidades cuyos miembros ya pertenecen a especies distintas. En resumen, los distintos procesos de deriva génica acabarán dando lugar a que dos poblaciones separadas acaben dando lugar a dos especies distintas.

domingo, 25 de marzo de 2018

Evolución: Teorías Evolutivas

 El nacimiento de las teorías evolutivas
Si bien el término evolución se acuñaría entre finales del siglo XVII y principios del XVIII, la principal teoría evolutiva nace de los trabajos de Charles Darwin, descritos en su celebérrimo libro “El Origen de las Especies”, que fue publicado en 1859, así como de los trabajos y las publicaciones de un científico menos conocido, Alfred R. Wallace (publicados el año anterior, aunque con menos fundamento científico).
Hasta el nacimiento del evolucionismo como teoría científica, las teorías predominantes estaban más relacionadas con creencias como el creacionismo y el fijismo. Aun se consideraba posible la aparición espontánea de la vida.
El final del siglo XIX trajo consigo una serie de investigaciones y trabajos que cambiarían de forma radical la manera de ver la naturaleza por parte del mundo científico.
Comenzaron, por un lado, los primeros trabajos serios que trataban de datar la edad de la Tierra (aunque permanecerían claramente errados hasta mediados del siglo XX). Parecía claro que la edad del planeta debía medirse en millones de años (lejos de dataciones anteriores, basadas en cálculos de textos bíblicos en los que se hablaba solo de miles de años).
Aunque las dudas sobre la generación espontánea de la vida ya habían surgido con anterioridad, los experimentos definitivos que demostraban la imposibilidad de obtener organismos vivos partiendo de materia inerte no llegaría hasta mitad del siglo XIX, de la mano de Louis Pasteur.
Queda, por otro lado, el debate sobre si las formas de vida conocidas han permanecido en su estado desde el principio de los tiempos o si, por el contrario, los organismos cambian y se modifican.
El creacionismo es una idea que ha persistido incluso hasta la actualidad, en muchas ocasiones íntimamente vinculada a creencias religiosas. Las principales religiones aportan una visión inmovilista de la vida: un dios creador ha generado todo lo que conocemos en un momento determinado.
Las evidencias, en cambio, han ido mostrando al ser humano que ese pensamiento no puede ser del todo correcto. Los fósiles, que muestran seres vivos que han habitado el planeta hace muchos años, son una muestra clara de que han existido otras formas de vida que, por algún motivo, se han extinguido. Durante siglos se mantuvo el debate sobre si las formas fósiles correspondían realmente a seres vivos extintos o si, por el contrario, eran artefactos, formaciones irreales que no correspondían a ningún animal o planta.
Muchos animales mitológicos, como los dragones, no son más que interpretaciones populares de estas manifestaciones naturales.

El estudio detallado de fósiles y el crecimiento y establecimiento del pensamiento científico que acompañaron al renacimiento y la ilustración hicieron que la sombra de la duda fuera calando poco a poco, minando los preceptos establecidos por el creacionismos y el inmovilismo.
Durante muchos años, las teorías predominantes sostenían que los fósiles procedían de animales y plantas extintos tras una serie de cataclismos (algo aun relativamente concordante con el pensamiento bíblico). Pero vuelve a surgir el problema de la similitud entre algunos organismos fósiles, obviamente primitivos y organismos actuales. Y la idea de un ancestro común comienza a tomar forma. Ahí nacerán las primeras teorías evolutivas, principalmente de la mano de Lamarck.
Lamarck y Lamarckismo 
El naturalista francés Jean Baptiste Lamarck (Bazentin 1744 - París 1829) será quien desarrolle la primera teoría evolucionista, conocida habitualmente como Lamarckismo y Transformismo. Según esta teoría, los organismos habrían sido creados por Dios (nunca se llegó a desembarazar del creacionismo), pero los cambios en el ambiente que rodea a los seres vivos hacen que estos deban adaptarse a los cambios.
Estas adaptaciones conllevarían cambios físicos en los organismos o transformaciones; cambios que podrían ser traspasados a su descendencia y por lo tanto heredados.
El paradigma del lamarckismo tiene como principal ejemplo el caso de la evolución de la jirafa. Los fósiles de los antepasados de las antiguas jirafas nos muestran animales de menor tamaño y con el cuello mucho más corto. La necesidad de adaptarse a un ambiente en el que los árboles tienen sus hojas, el principal alimento de las jirafas, en las partes más altas hacen que el animal deba estirar su cuello para alcanzarlas. Esto ocasionará un incremento en el tamaño del cuello de la jirafa, que será además transmitido a sus descendientes. En sucesivas generaciones tendremos una jirafa con el cuello sensiblemente más alargado que sus antecesores. 
Las teorías de Lamarck presentan varios errores de bulto que han podido ser contrastados mediante la experimentación. El más importante es la heradabilidad de los caracteres adquiridos. Hoy sabemos que un carácter o propiedad adquirida durante la vida no es traspasado a los descendientes. Además, no logra desembarazarse de las ideas creacionistas. Impone, sin embargo, un argumento muy interesante y es aquel en el que se explica que las formas de vida no son constantes, sino mutables y que se adaptan al medio ambiente, cambian y evolucionan.

El Lamarckismo posee un fondo determinista del que no hemos sido capaces de desembarazarnos y que aun contamina de vez en cuando textos supuestamente Darwinistas. Esto es, los cambios que se producen en la evolución propuesta por Lamarck tienen una función clara y precisa. En el caso de las jirafas, por ejemplo, su cuello crecía para que éstas pudiesen alcanzar las ramas más altas y alimentarse de ellas. Las tesis Darwinistas dejarán los cambios al azar y trasladarán el peso del cambio a un proceso diferentes conocido como selección natural.
Darwinismo, Evolución y Selección Natural
Las teorías evolucionistas propuestas por Charles Darwin nacen tras un viaje por el continente americano, a  bordo del Beagle, durante el cual observa la variedad de seres vivos, las similitudes entre distintas especies que habitaban la zona, así como las similitudes con especies parecidas habituales en Europa. Le llamó la atención, especialmente, el hecho de que muchas especies diferentes presentaban grandes similitudes entre sí, con pequeños matices que hacían que se encontrasen mejor adaptadas al ambiente en el que vivían, a los alimentos que consumían o de los depredadores que las amenazaban.
A partir de las observaciones, Charles Darwin llegaría a una serie de conclusiones que plasmaría en su primer libro sobre evolución: “El Origen de las Especies”. Aquí establecerá, entre otros, los siguientes preceptos:
  • Las especies no son estables, cambian y se transforman. En este punto, hay coincidencia con la teoría evolutiva de Lamarck.
  • Todas las especies parten de una especie anterior. Es decir, todos los organismos tienen un ancestro común y la diversidad de las especies parten de las adaptaciones y transformaciones de distintos organismos a distintos tipos de ambientes.
  • Los organismos no se adaptan al medio de forma dirigida, sino que las transformaciones tienen lugar al azar. Los organismos evolucionan debido a cambios azarosos que arrastran desde su nacimiento (y por lo tanto son heredables).
  • Cuando esos cambios suponen algún tipo de ventaja del ser vivo frente al resto de organismos, estos tendrán más posibilidades de sobrevivir que el resto. Esto hace que su capacidad para reproducirse sean también mayor, por lo que transmitirán la ventaja evolutiva a más descendientes.
En resumen, el origen de la evolución de los seres vivos se encuentra en los cambios azarosos innatos que de los seres vivos y el motor de la evolución es la selección natural, es decir, la supervivencia de aquellos que, debido a estos procesos azarosos, están mejor adaptados al medio.
El Darwinismo, al contrario que el Lamarckismo, no es determinista: los cambios de los seres vivos no se producen de manera dirigida. La mayor cambio de los cambios, que hoy conocemos como mutaciones, no resultan beneficiosos, sino perjudiciales. Solo una pequeña fracción aportan alguna ventaja a los individuos que la poseen.
El éxito evolutivo de los individuos se traduce como una mayor capacidad para adaptarse al medio. Esto provocará que las probabilidades de reproducirse aumenten. Del mismo modo, todos los descendientes que hereden las modificaciones beneficiosas, tendrán más posibilidades de sobrevivir, prosperar y reproducirse. Y es así como, poco a poco, las características beneficiosas se van asentando en las poblaciones de individuos.
Si volvemos al mismo ejemplo de las jirafas, en el modelo darwiniano las jirafas que, por azar, nazcan con un cuello y patas más largas, llegarán con mayor facilidad a las hojas superiores de los árboles. En caso de escasez de alimento, tendrán muchas más posibilidades de sobrevivir aquellas con el cuello más largo. Por lo tanto, las jirafas de cuello corto tendrán más probabilidades de morir de hambre y será más improbable que se reproduzcan. El cuello cada vez más largo se irá imponiendo de generación en generación. Poco a poco, las jirafas irán poseyendo cuellos cada vez más largos, tanto en cuanto es un carácter que favorece la supervivencia y reproducción.  
Del Darwinismo a la Bioquímica: Teorías Sintéticas
Hoy sabemos que los caracteres se heredan a través del ADN. Todos los cambios producidos en el ADN de las células sexuales se transmiten de generación en generación. También conocemos la mecánica del cambio: las mutaciones genéticas. Tal como había previsto Darwin, estas se producen a azar y se una forma  natural, dentro del proceso de replicación del ADN.
Es decir, la transmisión de caracteres tiene lugar por la cesión del ADN que los dos progenitores hacen a los descendientes. Y las posibles mutaciones de este ADN corresponden a los cambios.
Los cambios o mutaciones pueden dar lugar a proteínas alteradas. Una sola proteína alterada puede suponer cambios mínimos, si se trata de un enzima metabólico, o cambios realmente importante si se trata de una de las proteínas relacionadas con el desarrollo embrionario.
Hoy conocemos varios grupos de genes que controlan el proceso de desarrollo del embrión y que por lo tanto condicionan la morfología general del individuo. Pequeñas mutaciones en estos genes pueden provocar cambios corporales realmente importantes.
Las mutaciones pueden también afectar a zonas de control de los genes y de esta forma condicionar la síntesis de proteínas. O dicho de otro modo, pueden provocar que algunas proteínas se fabriquen en mayor o menor medida, en células donde antes no se segregaban o en condiciones o situaciones distintas.
Como ya indicamos, dentro del ADN de organismos superiores es frecuente encontrar genes residuales, correspondientes a organismos ancestrales y que han dejado de funcionar, denominados genes fósiles.

El ADN puede sufrir cambios temporales durante la vida del individuo que hacen que ciertos genes dejen de expresarse o se expresen en mayor o menor medida. El estudio de estos cambios temporales y condicionales del ADN se denominan Epigenética. Un ejemplo clásico es la metilación de zonas de ADN. Se trata de cambios químicos reversibles, pero que pueden alterar en gran medida el fenotipo del individuo. Estos cambios, además, pueden responder a cambios en el ambiente, es decir, pueden desencadenarse solo ante determinadas condiciones ambientales. Si el ADN metilado de encuentra forma parte de las células reproductoras, esta metilación puede heredarse. Se trata, por lo tanto, de transmisión de caracteres condicionados por el ambiente, una especie de forma menor de Lamarckismo.

domingo, 18 de marzo de 2018

Evolución: Aparición de Vida en la Tierra

La Tierra es el único planeta conocido que alberga vida. La vida en la superficie de nuestro planeta es casi ubicua, prácticamente todos los entornos naturales poseen seres vivos que los pueblan.
Diferentes medios naturales poseen diferentes tipos de seres vivos. Lo que hace que la diversidad de formas vitales sea enorme. A día de hoy los seres humanos hemos clasificado cerca de dos millones de especies diferentes. Este número, sin embargo, es solo una pequeña porción de todas las especies diferentes que existen. Hay hábitats apenas explorados (como los fondos marinos) donde posiblemente existan miles de animales desconocidos, o lugares con tal cantidad de biodiversidad que resulta absolutamente imposible clasificar la variedad total de organismos. Las estimaciones varía entre los cinco y los cincuenta millones de especies diferentes.
A estas habría que sumar todas las especies que existieron en el pasado y se han extinguido. De éstas sólo conocemos aquellas que han dejado su huella en el registro fósil (la inmensa minoría).
La teoría de la evolución trata de explicar cómo los seres vivos han logrado tal grado de diversidad, partiendo de un solo origen común, describiendo las fuerzas que mueven el proceso de cambio y de selección de unas especies frente a otras.
Aparición de la Vida en la Tierra
Creacionismo y Generación Espontánea
El creacionismo se basa en la idea de que algún tipo de ser superior o supremo ha puesto sobre la Tierra a los seres vivos que la habitan. Es decir, marca el origen de la vida en un plano sobrenatural.
El creacionismo no es una teoría científica, tanto en cuanto es una explicación de la historia natural absolutamente carente de pruebas o demostraciones científicas. Tiene su base en preceptos religiosos: en general, la mayor parte de las religiones se basan en principios creacionistas en los que un ser supremo es el origen de las formas de vida y en general del universo que nos rodea.
Entendemos como generación espontánea la posibilidad real de aparición de seres vivos a partir de la nada, o sin la necesidad de la presencia de seres vivos progenitores.

lunes, 13 de agosto de 2012

Variabilidad genética y mutación


 La variabilidad genética no surgió repentinamente. Todo proviene de un grupo de células procariotas iniciales. La evolución se produjo porque el material genético se ha podido ir modificando de generación en generación. Hasta ahora, hemos estudiado la herencia como un proceso que mantiene intacta la información, tanto en la replicación y reparación del ADN como en la mitosis. Pero hay procesos que introducen variabilidad. En las células eucariotas estos procesos son, básicamente, la mutación y la reproducción sexual. En procariotas existen métodos distintos, ya que además de la mutación encontraremos la conjugación o la transducción.

La mutación.

Entendemos por mutación cualquier cambio en el material genético que, perfilado a nivel bioquímico, es cualquier cambio en secuencia, orden o número de nucleótidos. Una vez se ha producido, este nuevo gen mutado sigue utilizando los mismos mecanismos de la reproducción.

Tipos de mutaciones.

Podemos clasificar las mutaciones en distintos tipos.

Por un lado tenemos las aberraciones cromosómicas o mutaciones de gran magnitud, que implican cambios como la variación en el número de cromosomas (individuos 3n en vez de 2n, o con tres cromosomas de uno de los tipos, por ejemplo) y alteraciones estructurales, visibles con el microscopio óptico, como grandes delecciones, duplicaciones o traslocaciones, por ejemplo.

Por otro lado tenemos las mutaciones génicas, que afectan a un gen o a un carácter concreto. Puede decirse que afectan a un gen o cistrón.

Las mutaciones son errores y como tales son poco frecuentes. Se llama tasa de mutación a la probabilidad de que tenga lugar una mutación concreta en una célula o un individuo. Esta tasa ronda los 10-5. Por ejemplo, la probabilidad de la hemofilia es de 3.10-5.

Las mutaciones son espontáneas, pero las tasas pueden aumentarse por distintos factores o agentes mutagénicos. Por ejemplo, la radiación ultravioleta, así como rayos α, β o γ, que modifican las bases provocando más errores aunque existan correcciones específicas.

Si realizamos una gráfica con las mutaciones según la dosis, observamos que obtenemos una línea recta, en la cual se ve que el porcentaje de mutación aumenta linealmente al aumentar la dosis de radiación.
Relación radiación/mutaciones
 También existen los mutágenos químicos, que tienen una especificidad en su actuación. Tienen un efecto más retardado, pudiendo no actuar sobre la primera generación y actuar después de la segunda, o después de varios ciclos.

Existen otros mutágenos físicos, como los ultrasonidos, o incluso los cambios bruscos de temperatura.

Las mutaciones son errores, es decir, son accidentales y al azar. Son accidentes del sistema Bioquímica, porque derivan de que los sistemas de reparación hayan funcionado mal. Por otro lado, recalcan el factor del azar, porque nunca es predecible en una especie qué individuo puede presentar una determinada mutación aunque sepamos el porcentaje de individuos que van a presentar mutaciones.

Otro aspecto es que las mutaciones se presentan independientemente de que sean beneficiosas, perjudiciales o indiferentes, siendo lo segundo, es decir, que sean perjudiciales, lo más frecuente. Las mutaciones no tienen porque mejorar la especie.

Por ejemplo, si cultivamos una bacteria sensible a un antibiótico en presencia del antibiótico, siempre encontraremos alguna colonia que sobrevive. Parece lógico pensar que el medio indujo la mutación. Pero se trataría de un error, la mutación ya estaba presente entre las bacterias originales, pero no se había manifestado.

Bases moleculares de la mutación.

El elemento más simple que podemos identificar en el ADN son un par de bases. Son la unidad mutacional o mutona.

Las mutaciones se dividen en dos grupos, las sustituciones de pares de bases y las alteraciones de corrimiento en la pauta de lectura.

Sustitución de pares de bases.

Las sustituciones en los pares de bases pueden dividirse en dos grandes tipos, transiciones y transversiones.

Las transiciones son aquellas en las que se sustituye una base púrica por otra base púrica o una base pirimidínica por otra base pirimidínica. Es decir:


Las tranversiones son lo contrario, donde había una base púrica ahora habrá una pirimidínica y viceversa:


Las transiciones son las mejor conocidas. Un ejemplo espontáneo tiene lugar en la replicación por tautomería de las bases. Las bases, por un desplazamiento de un hidrógeno dentro de la misma molécula, puede pasar de las formas normales a otras menos frecuentes llamados tautómeros, que son menos comunes (10-4).

Veamos como afecta a la adenina. Se produce un cambio de un grupo amino (-NH2) a un grupo imino (=NH): -NH2 =NH
Transición de la adenina
Ahora la adenina modificada (A*) se enfrentaría a la citosina en lugar de hacerlo a la timina.

En el caso de la timina es un cambio de un grupo ceto (=O) a un grupo enol (-OH): =O -OH
Transición de la timina
 Los tautómeros evaden muy bien los sistemas de reparación del ADN. Se producen espontaneamente y en la replicación. Tras la replicación del ADN, la mutación quedaría instaurada.
Evasión de la reparación de los tautómeros
 Hay factores que modifican las bases. Estos cambios pueden tener lugar en la replicación o fuera de la replicación. Un ejemolo es la acción del HNO2, que actúa fuera de la repliación y que actúa sobre el -NH2, provocando que sea sustituido por un radical –OH. Un ejemplo es sua actuación sobre la adenina, atacando a su -NH2 y transformándola en una base no común denominada palmatina. Sobre la citosina actuará transformándola en uracilo.
Transformación de citosina en uracilo
 Si el sistema de reparación no detecta el cambio de citosina por uracilo, este se emparejará con la adenina. Por lo tanto se producirá un cambio de un par C-G por un par T-A.

Aunque esta reacción está promovida por el HNO2, también puede tener lugar expontaneamente dentro del ADN.

Hay compuestos mutágenos que actúan en la replicación. Por ejemplo, sustancias que son parecidas a las bases. Una de ellas es el 5-bromouracilo. Esta base tiene mayor frecuencia de tautomerización, cambiando a su forma tautómera.

5-BU 5-BU*

el 5-BU es el 5-bromouracilo es su forma normal también denominada forma ceto, mientras que el 5-BU* es su forma tautómera o forma enol.
Transformaciones del 5-bromouracilo
 El 5-bromouraciolo sustituye a la timina, pero su tautómero funciona como la citosina. Es decir, pasa de combinarse con emparejarse con adenina a emparejarse con guanina.

Veamos como tiene lugar la transición cuando el 5-bromouracilo sufre la tautomerización:
Transición con tautomerización del 5-bromouracilo
 Como vemos, tiene un efecto retardado. Actúa, al menos, en la tercera replicación.

Y puede tener lugar la reacción contraria:
Reacción opuesta a la tautomerización del 5-bromouracilo
 El otro tipo de cambios posibles son las transversiones. No se conocen muy bien. Pueden ser que en el ADN, durante la replicación, haya un hueco, es decir, falte una base. Enfrente de ese molde vacío, se colocará una base cualquiera. Esto es relativamente frecuente, sobre todo en el caso de purinas, hablándose de despurinización espontánea del ADN.
Despurinización del ADN
 La luz ultravioleta podría provocar algo parecido. Esta radiación provoca que se genere un dímero de pirimidina, se produce por formaciónn de enlaces covalentes entre dos pirimidinas contiguas:
Dímero de pirimidian
 Al unirse, se crea una deformación del dúplex de ADN. Quedarían mal emparejadas una serie de bases, opuestas al dímero. Si esto sucediese durante la replicación, podrían cometerse errores. En concreto, se cometería el mismo error que si faltase una base:
Dímero de pirimidina en el ADN
 Si se sustituyen un par de bases, esperamos que se vea modificado, a los sumo, un aminoácido de la cadena. En la proteína, un solo aminoácido se puede modificar por un error en una de las tres pares de bases (recordemos que un aminoácido es codificado por tres pares de bases).

Por ejemplo, la secuencia AGC codifica para la serina. UGC codifica para la cisteína. AAC codifica para la treonina. Y AGA codifica para la arginina. Es decir, un cambio en una base puede provocar una sustitución por uno de esos tres aminoácidos.

Corrimiento de la pauta de lectura.

Puede derivar de la inserción o deleción de un par de bases.

Un ejemplo es el que se produce cuando se inserta algún tipo de compuesto policíclico que ocupa el lugar de una base, pero se empareja con dos pares de bases.

En el hueco que queda debido a la inserción del compuesto tricíclico podría insertarse una base más. Tras la replicación, en una de las hebras habría un par de bases nuevas (en el dibujo, en la copia obtenida de la hebra inferior).

La deleción es la pérdida de un par de bases. Por ejemplo, cuando en el caso anterior, o en la formación de un dímero, en lugar de completarse con una base de más, se suelta y se deja el hueco, quedando por lo tanto una base de menos.

Debemos tener en cuenta que los corrimientos en la pauta de lectura puede tener una trascendencia muy importante.

Veamos un ejemplo. la siguiente secuencia:

UAAUGCCGAAUCCGUACUAC

Codifica para la secuencia de aminoácidos:

Met-Pro-Tyr-Pro

Si se produce una deleción, en una de las bases de forma que:

UAAUGCCGACAUUCCGUAC

Hemos pasado a la secuencia de aminoácidos:

Met-Pro-Thr-Ser-Val

Es decir, ha cambiado todos los aminoácidos que quedan por delante del corrimiento de la pauta de lectura. A partir de la deleción (o de la inserción) se cometen errores en todos los aminoácidos. Y la proteína no será viable. Solo si quitamos o ponemos un número múltiplo de 3 pares de bases la mutación puede no ser grave, a no ser que la mutación se compense más adelante (en un lado quitamos una base y en otro lugar, más adelante, ponemos una base de más, quedando el error o corrimiento acotado entre las bases del medio).

Reparación de errores.

El simple hecho de que el ADN sea dúplex favorece una facilidad para la reparación. Si se produce un error que afecte a una sola hebra, la otra hebra siempre estará para poder reparar el error. El ARN no tiene esta ventaja.

Un mecanismo de reparación es el que hay dentro del propio proceso de replicación. En células superiores no se conoce el proceso exo-3’5’. Pero teniendo en cuenta que el nivel de errores es muy parecido al de las bacterias, se supone que debe existir.

El resto de errores se reparan por enzimas específicos. Los enzimas reconocen el error, cortan la hebra que está mal, eliminan lo que está mal y lo sustituyen. Después, cierran los extremos (con una ligasa).

Veamos el ejemplo con el caso del dímero de pirimidina. La luz ultravioleta genera un dímero de pirimidina. Existe una endonucleasa que identifica específicamente la deformación debida a este error, corta por un lugar próximo al dímero, por el extremo 5’, a una distancia de unos seis nucleótidos del error. Mediante la ADN-pol I se retira el trozo que tiene el error y lo sustituye por el trozo correcto. Actúa como polimerasa 5’3’ y como exonucleasa 5’3’, es decir, va limpiando el camino (debemos recordar que en la replicación quita el cebador y ahora quita el error, es decir, es el mismo proceso pero conceptualmente distinto).
Corrección del dímero de pirimidina
 Cuando hay bases equivocadas es necesario que actúe otro enzima. Vamos a ver un ejemplo, cuando se sustituye citosina por uracilo. Necesitamos un enzima que reconozca la base y la hidrolice, actuando después los tres enzimas anteriores (endonucleasa, polimerasa y ligasa). El enzima que reconoce el error por sustitución por uracilo es la Uracilo-DNA Glicidadasa.
Corrección de bases equivocadas
 Este sistema de reparación nos puede dar una razón de por qué el sistema evolutivo ha seleccionado la timina en vez del uracilo y de por qué no se siguió con el ARN como ácido nucléico (se cree que fue el primer tipo de ácido nucléico). Si hubiese uracilo en vez de timina, no se podrían distinguir los uracilos verdaderos de los falsos, es decir, de los derivados de errores. Cambios químicos en el resto de bases originan bases extrañas que no pertenecen al ADN. La Uracilo-ADN glicosidasa es específica para encontrar al uracilo en el ADN y nunca lo confundirá con la timina.

Otra cuestión en los mecanismos de corrección es que los enzimas de corrección sean capaces de distinguir la hebra progenitora, que actuó como molde, de la hebra recién sintetizada. Es útil porque, si algo va mal, es más fácil decidir cual es el error: la hebra molde será la correcta. La hebra molde es reconocida porque está marcada, las adeninas están metiladas. Y tras la replicación, el ADN tarda un tiempo en metilarse.

Consecuencias de las mutaciones.

Los errores que no se han corregido y que no se van a corregir quedarán plasmados y ya no habrá posibilidades de corrección. Se ha formado ya la mutación. Esta es la forma en que se producen las mutaciones. Pero estas pueden tener diferente trascendencia. Dependerá de dos cosas: del tipo de célula afectada y del tipo de mutación.

En cuanto al tipo de célula, es importante ya que la mutación se trasmite a la descendencia, pero no a la descendencia del individuo, sino a la descendencia de la célula. Podemos hablar de mutaciones somáticas y de mutaciones germinales. Las somáticas se producen en cualquier célula que no está implicada en la reproducción. La importancia de esta mutación será a nivel de individuo, pero no se transmitirá a la descendencia. Es una de las consecuencias del envejecimiento, la acumulación de mutaciones somáticas. En cuanto a las mutaciones germinales, van a transmitirse a la descendencia. Influyen en el acervo génico de la población. Son las más importantes.

Según el tipo concreto de cambio, también podemos hablar de diferentes tipos de modificaciones en el genotipo. Vamos a hablar de las mutaciones según su trascendencia, de menos trascendentes a más trascendentes.

Por un lado hay mutaciones silenciosas, que no modifican en absoluto el fenotipo. Es decir, el cambio no provoca modificaciones en proteínas, aunque se modifica la secuencia de núcleotidos. Por ejemplo:
Mutación silenciosa
 En este caso la mutación no se manifestaría, ya que ambas secuencias codifican para el mismo aminoácido.

Por otro lado tenemos mutaciones neutras. La modificación del ADN sí va a variar el fenotipo, ero no va a variar la función de la proteína. Es decir, la modificación del ADN provoca que haya un cambio en el aminoácido de una proteína, pero este cambio no provoca cambio de función.

En el ejemplo, se cambia un aminoácido hidrófobo por otro y poseen un tamaño parecido. Puede que en este caso no haya cambio en la proteína, ya que es posible que no cambie ni la forma ni la función.
Mutación neutra
 Las mutaciones no tienen porque ser ni a favor ni en contra. Y en estos casos de mutaciones neutras, no se apreciarían cambios. De hecho, en una proteína no solo podrían ser inocuos cambios en un aminoácido. Podrían incluso cambiarse dos o tres aminoácidos sin que sucediese nada.

Hablemos ahora de mutaciones visibles, que es lo que se entiende por mutaciones propiamente dichas. Las mutaciones serán perjudiciales en la mayoría de los casos. Esto no tiene una relación directa en que la mutación se más amplia o menos. No tiene nada que ver con la cantidad de aminoácidos que se modifican. Si se modifica un solo aminoácido, pero este pertenece al sitio catalítico, podría desactivarse la proteína. Hay más probabilidad de que esto ocurra cuantos más aminoácidos se modifiquen, cuantos más aminoácidos sean modificados, más probabilidades hay de que afecten a la proteína, de que sean perjudiciales y se obtenga una proteína que no es funcional. También puede ocurrir que en el ARN mensajero, debido al cambiose bases, se obtenga una señal de parada, con lo que se formarán polipéptidos en lugar de proteínas. Las mutaciones perjudiciales van siendo eliminadas (selección natural).

También están las mutaciones beneficiosas, por ejemplo si se forma un proteína más efectiva o que crea una función nueva, por ejemplo un enzima con una especificidad distinta. En el primer caso, lo que suele suceder es que el antiguo tipo de proteína va siendo sustituida por la nueva proteína mejorada, la antigua va quedando obsoleta, la información va siendo sustituida, hablándose entonces de evolución vertical. En el segundo caso solo puede suceder que las dos proteínas coexistan, teniendo dos proteínas que nos solucionan problemas y hablándose entonces de evolución horizontal. El ejemplo más clásico de esto último es la hemoglobina, formada por dos tipos de proteínas que si bien son distintas, provienen de una proteína ancestral común. Pueden observarse familias de proteínas, comprobando como unas descienden de otras.

domingo, 1 de mayo de 2011

Una historia circular

Esta pequeña historia no tiene un comienzo claro, es difícil establecer el punto de origen de un círculo, de una historia que se cierra sobre si misma. Podría comenzar en 1974, o quizás en 1943, o infinidad de fechas intermedias, de leves acontecimientos relacionados con el trascurso de la trama, de este juego de asociaciones. Empezaremos, sin embargo, en la actual Etiopía, hace más de tres millones de años, porque a los occidentales nos gusta ver la vida como un proceso lineal, aunque a veces dé vueltas y obtengamos una circunferencia de tan largo perímetro.

Un homínido bípedo, recubierto de pelo, camina por la estepa, a poca distancia de la masa arbórea, cuando le sobreviene la muerte. Se trata de una hembra de alrededor de un metro de alto y algo menos de treinta kilos de peso. Y carece de nombre porque, cuando no había seres humanos sobre la faz de la Tierra las cosas existían, pero carecían de denominación, sin que por ello careciesen de sentido, sin que por ello no fuesen capaces de vivir, sufrir y morir en soledad.
El 29 de abril de 2008 un anciano descansa en su domicilio de Burg, en Suiza, cuando le sobreviene la muerte. Ha cumplido los 102 años tres meses atrás. Su nombre es Albert Hofmann. No es un hombre cualquiera. Uno años antes, en noviembre de 1938, había logrado sintetizar una sustancia derivada de un alacaloide obtenido del cornezuelo del centeno (hongo parásito de nombre científico Claviceps purpurea). La sustancia fue denominada dietilaminda del ácido lisérgico, LSD-25 ó más popularmente LSD. Inicialmente no se le dio excesiva importancia, hasta que un 16 de abril de 1943 y de forma ligeramente azarosa, el mismo Albert Hofmann descubriría las propiedades alucinógenas y psicoactivas de la sustancia.

Esta droga marcó a toda una generación, que se dejó engullir por el vórtice de psicodelia, alucinación y ensoñación que aportaba. La droga dirigió los rumbos del arte, la moda y sobre todo la música en los años sesenta y setenta.

El 8 de diciembre de 1980 un hombre pasea hacia su casa desde Edificio Dakota, en Nueva York, cuando le sobreviene la muerte. Un puñado de proyectiles de plomo atraviesan la espalda de John Lennon, uno de los máximos exponentes de la recua artística que consagró su carrera bajo la inspiración de unos años de agitación y cambio social, paz, amor y ensoñaciones lisérgicas. No son pocas las canciones empapadas en psicodelia. Entre ellas podemos destacar una de letra especialmente onírica, perteneciente a su etapa con los Beatles y que habla de cielos de sémola y chicas de ojos caleidoscópicos, cuyo título, “Lucy in the Sky with Diamonds” parece aludir al acrónimo LSD (aunque Lennon lo negaba, alegando que el título se refería a un dibujo realizado por su hija y que ella misma había titulado así, Lucy en el cielo con diamantes).

Nuestro bucle se cierra donde empezó, en Etiopía, un 24 de noviembre de 1974. Tres de sus actores principales, Donald Johanson, Yvens Coppens y Thime White son los únicos protagonistas de esta historia que aun permanecen vivos. Ese día, en el campo de excavación en Hadar, a 150 kilómetros de Adis Abeba, aparecen los restos fósiles de un animal antropomorfo prehistórico desconocido. Se trata de la hembra de una especie de homínido con un pequeño cráneo y que caminaba en bipedestación. Escuchando la radio esa noche sonó la canción “Lucy in the Sky with Diamonds”, hecho que llevó a que los miembros del equipo bautizaran como Lucy a aquel ser que había fallecido y fosilizado en aquella zona tres millones de años antes.

Por ser considerado un pitecántropo de la zona austral y haber aparecido en una zona ocupada por la tribu Afar se denominaría a su especie Australopithecus afarensis.
Así es como fluye la historia, como hechos aislados se enlazan, como un ser aparentemente insignificante puede constituir un hallazgo, puede convertirse en una pieza clave de la investigación de la antropología unos miles de generaciones más tarde.
Y todas las personas que formaron parte del acontecimiento, del postergado bautismo, contribuyeron de forma aislada e inconsciente a su desarrollo. Aunque Lucy hubiese existido sin necesidad de Hofmann, ni de Lennon, ni de Johanson, ni de ningún ser humano. Sencillamente, hubiese carecido de nombre.
Solo la muerte, implacable, ha ido uniendo las piezas de un puzzle infinito. Solo la muerte acabará uniendo a todos.