A principios de Noviembre de 2008 saltaba una noticia de índole científica que era analizada, con mayor o menor fortuna, por multitud de medios de comunicación: un grupo de investigadores, varios de ellos de nacionalidad española (Ainoha Bilbao y Fernando Rodríguez de Fonseca entre otros), había publicado en una revista científica americana (Proceedings of the National Academy of Sciences) un trabajo sobre la relación de una mutación en un gen y la adicción a la cocaína. La trascendencia que en su momento se le dio a la información debería hacernos reflexionar sobre varios aspectos.
Erythroxylum coca (planta de coca) |
El hecho de que las adicciones, tanto a la cocaína como al alcohol o el tabaco tienen una base fisiológica ya es sabido desde hace tiempo (de hecho, todos conocemos personas que presentan especiales dificultades a la hora de dejar el alcohol o el tabaco, mientras que otras son capaces de deshacerse de estas adicciones sin aparente esfuerzo). Y si hay una base fisiológica, es de esperar que determinados genes faciliten o dificulten el proceso de hacerse adicto a determinada sustancia.
Existen trabajos que relacionan cambios en el funcionamiento cerebral tras la exposición a la nicotina y la adicción a la misma (Joseph R. DiFranza). Con el alcoholismo existen análisis tanto poblacionales como fisiológicos que demuestran que existe un claro componente genético en esta adicción, localizando incluso un grupo de genes de riesgo (es decir, ciertas mutaciones en estos genes predisponen hacia la adicción al alcohol).
El trabajo de investigación que nos ocupa se centró en el gen que codifica para la Proteín Kinasa tipo IV Calcio-Calmodulin Dependiente (CAMK4). Como su nombre indica, se trata de una proteín quinasa, es decir, una proteína encargada de añadir un grupo fosfato a otra proteína o grupos de proteínas cuando recibe una cierta señal. Las quinasas son enzimas reguladores, ya que al fosforilar a otras proteínas, las activan o inactivan. En este caso, una de las proteínas a las que la CAMK4 controla es un factor de transcripción, es decir, una proteína que hace que ciertas regiones de ADN, ciertos genes, se transcriban. Parece ser que si este sistema se inactiva en las neuronas relacionadas con el sistema de recompensa (el sistema cerebral que está detrás de los procesos adictivos) el individuo se hace más sensible al efecto adictivo de la cocaína.
Inicialmente, este trabajo fue llevado a cabo en ratones modificados genéticamente. Pero posteriormente, se ha comprobado que cierta mutación en el gen de CAMK4 está relacionada con la adicción en humanos, encontrándose con que las personas que presentaban la mutación en las dos copias del gen tenían un 47% más de posibilidades de hacerse dependientes.
¿Hasta qué punto somos responsables de nuestros actos y hasta qué punto somos esclavos de nuestra genética? ¿Cuánto influye en nosotros el ambiente y cuánto ciertos factores innatos? Si analizamos estos estudios, nos encontramos con la obviedad de que la mutación no predispone al consumo en si mismo, sino a la adicción a la droga una vez hemos empezado a consumirla. Sin embargo ¿sería bueno que supiésemos de antemano si somos portadores del gen mutado, para prevenir el consumo?
Cada vez conocemos mejor nuestro mapa genético, cada día aparecen nuevos genes con variantes que afectan a nuestra salud (enfermedades genéticas, predisponsición a cierto tipo de afecciones, etc.) o incluso nuestra forma de vida (como los que hemos descrito). Y aparecerán más, encontrándose genes relacionados con la conducta (depresión, conductas violentas...). En ese momento la privacidad genética pasará de ser muy importante a ser trascendental. El Gobierno de Estados Unidos ya ha aprobado leyes al respecto, lo cual es lógico si tenemos en cuenta que se trata de un país en el que la sanidad está en manos de seguros privados que se juegan el dinero a la hora de asegurar a un paciente. Pronto lo será también en un país como el nuestro ¿o no existe el riesgo, por ejemplo, de que una empresa vete o discrimine a un posible trabajador si conociese, de antemano, que tiene más posibilidades de padecer cierta enfermedad o hacerse adicto a un estupefaciente?
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