En la zona más profunda se encuentran un grupo de células en división continua que fabrican la uña y que constituyen lo que se denomina matriz ungueal. A la uña propiamente dicha, la que vemos en nuestros dedos, se le denomina placa ungueal. Está constituida por células epidérmicas fuertemente cornificadas y muy apretadas.
Presenta unas estrías longitudinales que se manifiestan en todo su grosor. Se trata, en general, de un amanifestación de las papilas dérmicas de la piel suyacente a la uña (lecho ungueal).
En algunos dedos, en la zona proximal, la placa ungueal tiene un proceso de queratinización que deja una zona más clara, denominada lúnula o luna (su nombre deriva de su forma de media luna).
La placa ungueal se aplica sobre la piel constituida solo por estrato basal y espinoso (es, por lo tanto, una piel muy débil) denominada lecho ungueal. Sobre la zona del nacimiento de la uña la piel se pliega y recubre ligeramente la placa; se denomina eponiquio.
Puede prolongarse sobre la placa una fina capa córnea, que se denomina cutícula. En el extremo distal la piel sufre, también un pliegue, esta vez para colocarse bajo la uña; se denomina hiponíquio (o pliegue subungueal distal). Si la uña es larga, vuela en su extremo distal sobre la piel, lo que se denominará borde libre de la uña. Los pliegues de piel que recubren y protegen los laterales de la uña se denominan rodetes ungueales.
Esquema de la uña |
La principal función de las uñas es la protección del extremo del dedo así como ayuda en determinadas tareas manuales, en la manipulación de objetos o para labores cotidianas como el rascado.
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