Lava fluyendo en el mar. (Foto: FrancisTyers) |
La corteza y el manto se encuentran en estado sólido,
excepto la zona de la astenosfera en la que hay una fusión parcial. Por lo
tanto, debe descartarse la idea de que hay depósitos extensivos y globales de magma
bajo la tierra. Se trata de fenómenos muy puntuales.
Se originan por la fusión de rocas de la corteza o el manto
de zonas muy limitadas, en los que se dan uno o varios de los siguientes
fenómenos.
Por un lado, elevación de la temperatura por corrientes de
convección, por plumas térmicas ascendentes o por fricción.
Por otro lado, disminución de la presión a la que están
sometidas las rocas. Como ocurriría si se abriesen fallas o fisuras. La presión
alta juega en contra de la presión y al disminuirse la presión, aumenta la
fluidez de los materiales.
Por último, la presencia de agua, que favorece porque los
iones OH- pueden romper las cadenas tetraédricas de óxido de silicio de los
silicatos. Pequeñas cantidades de agua pueden ser la causa de la pequeña fusión
que aparece en las rocas de la astenosfera.
Estos factores producen la fusión de magmas en zonas muy
localizadas. Las corrientes de convección y la disminución de la presión de la
dorsal producen fusión de roas en zonas por debajo de la dorsal; debemos tener
en cuenta que la convección puede ser de materiales casi sólidos, semifundidos.
Una pluma térmica en una zona de punto caliente produce la
fusión de materiales en zonas de punto caliente. Un ascenso de temperatura
debido la fricción junto con la presencia de agua produce fusión en las zonas
de subducción. Cantidades de agua significativas entran junto con la corteza
que subduce y hay gran resistencia a la subducción.
Todos estos procesos, excepto los puntos calientes, están
asociados a las placas. Hay un caso que no tiene relación ni con los puntos
calientes ni con las placas. Se trata del vulcanismo asociado a fallas, a
grandes fracturas, como las que se dan en las Islas Canarias (que no son ni un
borde de placas, ni un punto caliente). En este caso, el principal fenómeno
deriva de la disminución de presión.
Cuando en algún punto de la Tierra se dan uno o varios de
estos factores, comienza la fusión de las rocas. Pero no se produce de una
manera brusca, sino a través de una serie de pasos. Las rocas están formadas
por minerales y cada mineral tiene su propio punto de fusión.
Cuando empieza a elevarse la temperatura, o disminuir la
presión, primero se funden los minerales con un punto de fusión más bajo. Se
obtiene una mezcla con partes sólidas, roca, y partes fundidas, magma. Si el
proceso continúa, los últimos en fundirse serán aquellos que necesitan una
temperatura más elevada y una menor presión para fundirse.
Rocas de lava solidificada |
Se habla de un punto de sólidus y un punto de liquidus. Son
temperaturas variables, no concretas. La temperatura varía en función de la
presión y el contenido de agua. La temperatura a la que la fusión comienza se
denomina punto de solidus. Por debajo de la temperatura de solidus, todo el mateiral
está en estado sólido. A partir de este punto, hay un intervalo en el que parte
de los materiales están en estado sólido y parte están en estado líquido. Se
alcanza el estado de liquidus, por encima del cual nos encontramos solo con
magma, todo el material se encuentra fundido. Se funden los materiales más refractarios.
A ese proceso se le conoce como fusión. Como vemos implica
varios pasos. El proceso inverso, en el que magma se enfría hasta formar una
roca, se le denomina cristalización. La cristalización tampoco tiene lugar
repentinamente, se van siguiendo pequeños pasos.
Olivino (Foto: RKBot) |
Al enfriarse y llegar al punto de liquidus, los primeros materiales
que se solidifican son los que tienen el punto de cristalización más alto.
Entre ellos, uno de los primeros es el olivino. Casi a la vez que los
piroxenos. Después los anfibioles, la biotita y finalmente la moscovita, la
ortosa y el cuarzo, que se mantiene líquido hasta que baja mucho la temperatura.
Los primeros minerales que cristalizan lo hacen de forma
evedral, es decir, desarrollan formas geométricas perfectas. Los segundos deben
disponerse alrededor de los primeros. Y los últimos, lo hacen de manera
intersticial, en los huecos que dejan las anteriores.
Si el proceso de cristalización se interrumpe en alguno de
los pasos que incluye, obtenemos rocas y magmas con composiciones diferentes. A
ese proceso se le conoce como diferenciación magmática.
Imaginemos, por ejemplo, que ocurre cuando ya se han
cristalizado los piroxenos y el olivino, los minerales denominados más máficos
(suelen corresponder también a los minerales más básicos, es decir, aquellos
que tienen menor cantidad de sílice, hablándose de minerales ácidos para
referirnos a los que contienen sílice y no correspondiéndose estos con el
concepto ácido básico de química). Se habla de máficos por su alto contenido en
magnesio y hierro (se habla, por otro lado dentro de los
Cuarzo (Foto: Didier Descouens) |
Los magmas irán ascendiendo y en ese ascenso pueden sufrir
múltiples diferenciaciones. La última fracción líquida corresponderá a un magma
con minerales más ricos en sílice, que son los últimos en cristalizar. Es
decir, cuarzo, moscovita y ortosa, que corresponden a los constituyentes del
granito.
Granito (Foto: Zimbres) |
Teóricamente, un magma que va ascendiendo y del que se van
separando fracciones se va diferenciando hasta que la porción última corresponde
a un magma con la composición del granito. Pero en la práctica este proceso no
es siempre sucede.
Las plagioclasas van de un polo a otro, de más cálcicas a
menos cálcicas progresivamente, primero se van cristalizando los que tienen más
calcio y al final los que tienen más sodio. Los que primero cristalizan son los
más básicos y finalmente los más ácidos.
El proceso de diferenciación magmático puede ocurrir por
distintos mecanismos. Se definan principalmente tres.
Por un lado, tenemos la diferenciación gravitatoria.
Consiste en que los primeros que cristalizan, al caer al fondo de la cámara
magmática, se van acumulando en esa zona. Esta decantación o caída al fondo es
gravitatoria, debida al peso. Si el magma sigue ascendiendo, se forma una roca
ígnea más básica en el fondo, mientras el resto del magma sigue ascendiendo.
Por otro lado tenemos la diferenciación por presión. La
cámara magmática puede estar sometida a presión y en ese caso, la parte
líquida, el magma, tenderá a escapar por las fisuras de la cámara, dejando en
la cámara inicial los minerales ya cristalizados y pasando el magma a una
cámara más elevada.
Por último encontramos el transporte gaseoso. Dentro del
magma hay encerrados gases y estos tienden a ascender hacia la parte más alta
de la cámara, incorporando en ellos elementos y conduciendo a una diferenciación
química. En la parte superior estarán los elementos que hayan sido
transportados por los gases.