Falla de San Andrés, por Leohotens |
La tectónica estudia la deformación de la corteza terrestre.
El hecho de que las rocas han sufrido deformaciones es obvio. Pueden doblarse,
romperse.
La forma en la que se doblan nos da idea de que, en profundidades, el
estado de las rocas debe ser diferente, ya que en la superficie exterior los
mismos esfuerzos las romperían.
En la deformación de la roca deben intervenir factores muy
distintos. Hay varios tipos de deformaciones, por fallas y por pliegues.
Las rocas pueden sufrir deformación elástica cuando, si se
retira el esfuerzo, los materiales regresan a su posición original. Puede ser
debido a ondas sísmicas, o a las mareas terrestres. Puede llegar un punto en el
que se supere el límite de elasticidad. Ante un incremento pequeño de
esfuerzos, la respuesta se corresponde con una gran deformación.
Gráfico de Deformación/Esfuerzo |
Lo que implica el índice de elasticidad es el punto a partir
del cual al aumentar la presión, la roca se deforma, pero al cesar el esfuerzo
la roca no vuelve a su posición original, queda deformada. Si se siguiese
aplicando esfuerzo, llega un punto en el que la roca se rompe.
La deformación plástica la sufren los cuerpos cuando, al
aplicarse un esfuerzo, si este se retira, no vuelve a su posición original. Dan
lugar a los pliegues.
Un cuarto tipo de deformación es la deformación viscosa o
fluida, como la que se observa en las diapiros salinos. La salita tiene la
particularidad de que, cuando se somete a presiones muy fuertes, fluye (como
una barra de mantequilla bajo presión, como un magma), formando los citados
diapiros salinos.
La tectónica se ocupa de la deformación frágil y de la
deformación plástica (también llamada dúctil o por pliegues).
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