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miércoles, 16 de noviembre de 2011

Anexos cutáneos: glándulas sudoríparas


En el cuerpo humano podemos distinguir dos tipos de glándulas sudoríparas, que difieren tanto en su anatomía y morfología como en su fisiología y funciones. Son las glándulas sudoríparas ecrinas y las glándulas sudoríparas apocrinas.

Anatomía de las glándulas sudoríparas ecrinas.

En el cuerpo humano tenemos entre dos y cuatro millones de glándulas sudoríparas ecrinas. Ocupan toda la superficie cutánea, excepto los labios, lecho ungueal (bajo las uñas), labios menores, glande y cara interna del prepucio. El número máximo de glándulas sudoríparas ecrinas se encuentra en las palmas y plantas, con entre 600 y 800 glándulas por centímetro cuadrado. Y el mínimo, en los flancos del cuerpo, con entre 50 y 150 glándulas por centímetro cuadrado.
Dermatogrifos. Pueden verse poros de glándulas.

La glándula está constituida por un ovillo secretor, instalado en zonas profundas de la dermis, que desemboca al exterior mediante un conducto; en la zona de desembocadura habrá un orificio o poro secretor. A la porción de epidermis en la que desemboca la glándula se le denomina acrosiringium.

El sudor es fabricado en el ovillo y modificado en su trayecto al exterior, absorbiendo parte del agua y el sodio. En el ovillo secretor encontramos un grupo de células llamadas células oscuras, que están en contacto con la luz del tubo, pero que no llegan a contactar con la membrana basal y que se encargan de fabricar una sustancia mucoide que, presumiblemente, facilita la expulsión del sudor. Y las células claras, que están en contacto con la membrana basal o con las células mioepiteliales y que llegan a la luz del tubo en algunas zonas, por medio de ramificaciones que se cuelan entre las células oscuras; se encargan de fabricar el sudor. Por último están las células mioepiteliales, contráctiles, cuya función sería impulsar el sudor hacia el exterior; estas células no forman una capa continua, sino que aparecen de cuando en cuando. El conducto, a diferencia del ovillo, está formado por células epiteliales cúbicas y algunas células mioepiteliales (no hay células claras y oscuras).
Esquema de la Glándula Sudorípara Ecrina
El principal componente del sudor es el agua, existiendo otros componentes, como las sales minerales, urea, ácido úrico, etc.

La glándula está fuertemente irrigada e inervada. El principal control glandular es llevado a cabo por el sistema nervioso autónomo.

El sudor ecrino es un líquido transparente y de sabor salado. Su principal componente es el agua (99%), en la que se encuentran disueltas sales minerales, especialmente cloruro sódico y potásico, así como sustancias orgánicas, principalmente urea, aunque también aminoácidos, ácido láctico y ácido pirúvico. Podemos encontrar, así mismo, sustancias de excreción, que el cuerpo intenta eliminar, como metales, compuestos orgánicos tóxicos o derivados de medicamentos. También podemos encontrar cantidades muy bajas de otras sustancias orgánicas, como glucosa o proteínas (glucoproteínas, glucopolisacáridos e incluso inmunoglobulinas). El pH del sudor oscila entre 4 y 6 (es decir, ligeramente ácido).

Es fabricado en el ovillo y modificado a lo largo del tubo secretor. Las dos funciones fundamentales del sudor son la excretora y sobre todo la termorregulador.

El sudor puede segregarse por varios motivos. Por un lado, existe una pequeña sudoración constante, que hace que éste ayude en la hidratación a la capa córnea de la piel, además de aportar ciertos componentes del denominado factor natural de hidratación (de sus siglas en inglés, NMF). Además, algunos de los componentes del sudor, como el ácido urocánico, actúan como filtro ultravioleta, absorbiendo los UVB. Y debido a su pH, funciona como antifúngico y antiséptico.

La sudoración profusa es desatada por mecanismos en los que interviene el sistema nervioso autónomo. Se deberá, fundamentalmente, a respuestas nerviosas ante una aumento de la temperatura corporal y es desatada por el sistema nervioso simpático (si que, aparentemente, el parasimpático juegue ningún papel, ni activado ni inhibidor). Pero también existe una respuesta sudoral psíquica o emocional, ante situaciones de estrés (nerviosismo, ansiedad, miedo, dolor, etc.).


Anatomía de las glándulas sudoríparas apocrinas.

Aunque su morfología general es similar a las ecrinas, presenta varias diferencias. Es, al igual que la ecrina, una glándula con forma de ovillo, pero en este caso es algo más grande (alrededor de diez veces mayor). Están asociadas a folículos pisosebáceos de determinadas zonas del cuerpo: región anogenital, periumbilical, vestíbulo nasal y axila (es decir, vierte su contenido a un folículo piloso de esas zonas).

Como su nombre indica, su secreción se realiza de forma apocrina: el ovillo está constituido por una sola capa de células secretoras rodeadas, en algunas zonas, por células mioepiteliales. Estas células secretoras, por pérdida de su parte superior, originan una secreción altamente viscosa y de apariencia lechosa denominada sudor apocrino. El sudor apocrina comienza a segregarse durante la pubertad y desciende en la vejez. Esto ya nos da a la idea de su control hormonal, mediado entre otras por las hormonas sexuales. 
Esquema de la disposición de la Glándula Apocrina.
Fabrica un sudor ligeramente alcalino y poco oloroso, pero que es fácilmente degradado por bacterias, originando un olor muy característico. Parece claro que es un sistema de secreción de feromonas, es decir, hormonas que actúan en el exterior del cuerpo y sobre otros individuos (estaría relacionado con fenómenos de atracción y repulsión personal, sexual o social, por ejemplo).

martes, 8 de noviembre de 2011

Desodorantes y antiperspirantes.


Antes de comenzar a hablar de los desodorantes debemos pararnos a analizar qué es el sudor y cuál es su significado.

Esquema de la piel
En el cuerpo humano podemos distinguir dos tipos de glándulas sudoríparas, que difieren tanto en su anatomía y morfología como en su fisiología y funciones. Son las glándulas sudoríparas ecrinas y las glándulas sudoríparas apocrinas.

Las glándulas ecrinas se encargan de segregar un líquido acuoso y en general de manera abundante. Se encuentran distribuidas por todo el cuerpo y se abren diréctamente a la piel, resultando más abundantes en algunas zonas como cuero cabelludo y frente, manos, o pies y más escasas en otras como los flancos laterales del tórax.

Su principal función es termorreguladora, aportando un líquido que,
al evaporarse, rebaja la temperatura de la piel. Por esta razón se segregará mayor cantidad de sudor cuanto mayor sea la temperatura ambiental o si el cuerpo, debido al funcionamiento del sistema muscular (por ejemplo derivado de una actividad física intensa), aumenta su temperatura.

Esquema de una glándula sudorípara ecrina
El principal componente del sudor ecrino es agua, pero existen otra serie de componentes, tanto inorgánicos (sales de minerales) como orgánicas (urea, ácido úrico, ácido urocánico, etc.).

Esquema de glándula aprocina
El segundo tipo de glándulas son las apocrinas. Esta se abren a folículos pilotos y encuentran en zonas muy concretas (axilas y zona anogenital, fundamentalmente). Segregan un sudor lechoso y cargado de sustancias orgánicas. Son las causantes del olor característico individual, pues la composición de la secreción es muy variable (tanto entre personas, como en una misma persona, variando a lo largo de la vida).

Debemos tener en cuenta que el sudor en si mismo carece de olor desagradable. De hecho el sudor ecrino es prácticamente inodoro. Es la descomposición del mismo por parte de la flora microbiana (que habita nuestra piel) el que produce sustancias del mal olor característico. En determinadas zonas, bien por encontrarse encerradas (como ocurre en los pies), bien por encontrarse confinadas entre pliegues cutáneos (como ocurre en las axilas), esta descomposición es más evidente. Además, en la zona axilar y anogenital contribuirá en gran medida la presencia de sudor apócrino (con mayor carga de componentes orgánicos, algunos de ellos olorosos por si mismos).

Desodorantes y antiperspirantes poseen un fin común: evitar los efectos antiestéticos del sudor. Pero su modo de actuación es totalmente diferente, ya que los desodorantes tratan de evitar o enmascarar el olor desagradable del sudor, mientras que los antiperspirantes evitan la producción de sudor por parte de las glándulas.

Principios activos.

Los desodorantes actúan tratando de evitar el mal olor del sudor al ser descompuestos parte de sus componentes por hongos y bacterias. Para lograrlo hay dos mecanismos básicos, evitar el desarrollo de las bacterias o neutralizar el mal olor del sudor degradado por los microorganismos.

Triclosan
En el premier caso el principio activo será una sustancia que controle en desarrollo de los microorganismos, es decir, un antimicrobiano.  Existen multitud de antimicrobianos diferentes usados en los desodorantes. Casi todos los desodorantes poseen cantidades relativamente altas de alcohol etílico, que actuará como disolvente de otros componentes y como antimicrobianos. Entre los antimicrobianos orgánicos más usados destacan las cloroamidas, los clorofenoles como el triclosan y algunos derivados del amonio cuaternario.

Para neutralizar el mal olor de los desodorantes tenemos, así mismo, dos opciones. La primera es usar sustancias adsorbentes de las sustancias odoríferas, es decir, sustancias capaces de unirse a los compuestos olorosos y neutralizar de este modo su olor. Entre estas podemos encontrar desde diferentes tipos de resinas hasta sustancias de naturaleza lipídica como el ricinoleato cinc.

La segunda opción es usar perfumantes fuertes que disimulen el olor del sudor, aunque este último método es con diferencia el menos efectivo y adecuado (tengamos en cuenta que, más tarde o más temprano, el olor del perfumante desaparecerá).

Los antiperspirantes tratan de evitar que el sudor sea segregado por la glándula, o absorben o adsorben el sudor nada más ser segregado, evitando que entre en contacto con los microorganismos. Volvemos a tener, por lo tanto, dos opciones.

 Los compuestos más habituales que se usan para evitar que la glándula segregue sudor son las sales de aluminio, inorgánicos como los derivados del clorohidrato de aluminio, cloruro de aluminio o sulfato de aluminio, u orgánicos como las sales fenólicas de aluminio. Cierran el conducto glandular o lo obliteran, evitando la salida del sudor.
Talco en polvo.

En cuanto a los adsorbentes, son sustancias generalmente pulverizadas a cuya superficie se pega el sudor. Destacan las sales de calcio y magnesio pulverizadas, como el talco, el caolín y sus derivados. Suele usarse talco micronizado, para que no deje rastro sobre la piel.

Excipientes.

Dado que la variedad de formas cosméticas de los desodorantes es muy elevada, podemos encontrar también varios tipos de excipientes. La mayor parte de los desodorantes y antiperspirantes vienen disueltos o suspendidos en agua. Es muy frecuente la presencia de un excipiente hidroalcohólico o hidroalcohólicoglicérico (es el excipiente de muchos desodorantes en aerosol). El vehículo acuoso o hidroalcohólico puede estar modificado.

Otra posibilidad es que el cosmético se presente emulsionado, apareciendo entonces una fase acuosa y una fase oleosa. Los excipientes oleosos no derivan mucho de los que ya estudiamos en las emulsiones de limpieza. Las emulsiones más frecuentes son las aceite en agua (emulsiones lechosas o emulsiones O/A), pero también podemos encontrar emulsiones agua en aceite (emulsiones cremosas o emulsiones A/O), más grasas y viscosas (desodorantes en crema).

Incluso a veces aparecen como cosméticos sólidos, sin agua (desodorantes en polvo), en los que las sales metálicas y el talco se encuentran incorporados en un sistema sólido inerte.

Aditivos y correctores.

Los aditivos más importantes de la mayoría de los cosméticos desodorantes y antiperspirantes son los perfumes y aromas. En algunos casos podrían considerarse incluso su principio activo.
Debe incorporar, en la mayor parte de las formas cosméticas, antioxidantes y antimicrobianos. Recordemos que estos últimos pueden ser el principio activo en si mismo del cosmético.
Cada forma cosmética particular puede incorporar, así mismo, aditivos y correctores que colaboren en las buenas características y propiedades del producto.