El abdomen se compone, originalmente, de once metámeros más
el telson. Este último no se va a reconocer como tal en los insectos, está
reducido a unos escleritos que rodean la membrana del ano.
No se suelen presentar casi nunca los once metámeros, suelen
verse reducidos. Los delanteros tienden a fundirse con el tórax, lo cual aporta
a este último mayor rigidez. También tienden a fundirse los metámeros
terminales. Por otra parte, en ocasiones los metámeros terminales tienden a
telescoparse, es decir, a ordenarse a modo de telescopio, unos metidos dentro
de otros, evaginándose solo durante la puesta de huevos.
El orificio general se abre siempre en el extremo entre el
octavo y el noveno. Está rodeado de estructuras accesorias pares, en general
relacionados con la cópula. En los insectos siempre existe cópula, algo en
general raro en el resto de artrópodos. Estas estructuras accesorias pares son
usadas por los machos para introducir los espermatozoides en la hembra.
La hembra suele tener, en general, unas vías internas con
tres tipos de estructuras. Tiene una bolsa copulatoria o una estructura donde
se vierten los productos sexuales masculinos. Aparece una espermateca, que es
un depósito donde la hembra puede guardar los productos masculinos. Normalmente
o se usa hasta la puesta de huevos y puede guardar los espermatozoides en la
espermateca incluso durante años. Por último aparecen una o varias glándulas
accesorias, usadas para llevar a cabo la envuelta de los huevos, es decir,
fabricar protecciones o cáscaras. En ocasiones pega los huevos al sustrato con
esta última glándula.
Anatomía interna del abdomen en hembras de inesectos |
No tienen porque aparecer las tres estructuras (espermateca,
bolsa de cópula y glándula accesoria), ni tienen porque estar separados el
orificio de cópula y el orificio de puesta.
Los huevos van a ponerse junto a una fuente de alimento,
siempre en un sitio protegido y de forma que el alimento sea accesible. Si la
larva es vegetariana, será situada al lado de algún vegetal aunque el adulto,
es decir, la madre, sea carnívora. Si las larvas son depredadoras, serán
situadas cerca de la posible fuente de alimento, es decir, en las zonas donde
van a existir presas. En otros casos más complicados puede, incluso, dejarse a
la larva dentro de algún animal vivo, o en el exterior de este pero cerca de
el, para que cuando la larva nazca se alimente de él. Existe por ejemplo
insectos que detectan las larvas de coleópteros que viven dentro de la madera
(por las vibraciones que provocan en la superficie al comerla), e introduce por
alguna especie de canal de puesta (con forma de aguijón) los huevos en el
interior de esta larva, pudiendo en ocasiones llevar algún veneno que provoque
el letargo de la larva. Pueden ponerse los huevos sobre la superficie de la
larva o en su interior, es decir, en sus tejidos internos poniendo buen cuidado
de no matar a la larva para que se alimente de ella hasta el último momento.
Insectos con huevos parásitos de larvas |
Como vemos, en ocasiones deben aparecer estructuras o
aparatos encargados de clavar los huevos en determinados lugares (suelo, tierra
o incluso otros seres vivos, como el caso de las larvas).
Se habla de ovopositor. Es un órgano homólogo. Deriva de
restos de apéndices del abdomen. Consiste en tres pares de valvas a modo de
sable, n par que derivan del octavo segmento y dos pares que derivan del noveno
segmento.
Ovopositor en insectos |
Los enganches sirve para que las valvas s puedan mover hacia
atrás y adelante sin salirse del sitio. Las valvas inferiores sujetan toda la
estructura. Las valvas externas son las que e clavan. Con un vaivén desliza las
valvas, pasa las internas hacia el interior del cuerpo. Estas son blandas y
están lubricadas.
Existen insectos que insertan venenos como método defensivo,
es decir, que pican. Se trata de un ovopositor especializado. La abeja, Apis
mellifera, pone los huevos sin necesidad de ovopositor, es decir, directamente
y usa su ovopositor como mecanismo de defensa.
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